Review: MSI Nightblade Mi3
Pruebas
Nada más arranca el MSI Nightblade Mi3 vemos como una suave iluminación LED en las dos tiras frontales, la cual va cambiando por defecto entre los distintos colores del arcoíris cada pocos segundos. Como era de esperar, el equipo viene con el sistema operativo Windows 10 Home Edition de fábrica y completamente listo para usarlo, o en nuestro caso, analizar su rendimiento.
Mediante el software CPU-Z podemos comprobar como el procesador Intel Core i5-7400 cuenta con 4 núcleos y 4 hilos a una frecuencia de 3.00 GHz que asciende hasta los 3.50 GHz (Turbo Boost), no permitiendo overclocking al no ser un modelo “K”. Por lo tanto, las memorias RAM SO-DIMM DDR4 están limitadas a sus 2400 MHz, con latencias CL17, conjuntándose en un total de 16 GB. Esto limita en cierta medida el rendimiento, pues no podemos usar memorias de mayores frecuencias, aunque en la práctica no es algo tan influyente en los aspectos cotidianos.
También confirmamos los parámetros de la tarjeta gráfica MSI GeForce GTX 1060 Gaming, la cual ofrece 1280 CUDA Cores cada una a una frecuencia de 1519 MHz que ascienden hasta los 1734 MHz (Boost) y de 6 GB de memoria GDDR5 a 8.00 GHz.
Por otro lado, el SSD Intel de 128 GB ofrece unas tasas algo limitadas para ser un modelo M.2, aunque superior a lo que ofrecen los modelos SATA 3. Por su parte, el disco mecánico de 1 TB Western Digital alcanza los 185-175 MB/s gracias a sus 7.200 RPM, un rendimiento convencional para este tipo de unidades.
Hemos realizado algunas pruebas comparándolas con las que realizamos sobre nuestro equipo de pruebas con la misma GPU, pero con un procesador Intel Core i7-6700K para tomar perspectiva.
Como podemos comprobar, los resultados son en torno a un 5-10% inferiores que usando el i7-6700K, dependiente de lo CPU-dependiente que sea cada juego. No es una gran diferencia, sobre todo teniendo en cuenta la diferencia de precio entre ambos modelos.
A lo anterior debemos sumar unas temperaturas excelentes que rondan los 55ºC para el procesador y los 65ºC para las GPUs, siempre hablando a pleno rendimiento. Además, la sonoridad no es un problema, pues es prácticamente inaudible en reposo y a pleno rendimiento se queda rozando los 40 dB, que sigue siendo bastante baja. Por si fuera poco, el consumo es ridículo, con en torno a 180W.
Veamos a continuación algunas capturas del software incluido:
En primer lugar, la aplicación Gaming Center nos permite configurar algunos modos de configuración global predefinidos o personalizados, con aspectos que básicamente iremos viendo en el resto del software.
Tenemos modos de video con modificaciones del color y contraste para adaptarse a la actividad que vayamos a realizar y, por ejemplo, realzar zonas oscuras en juegos.
La pestaña Mystic Light es obviamente la que nos permite configurar la iluminación RGB frontal, mientras que también contamos con un control de sonido (bastante simple) y un monitor del estado de carga del sistema.
Otra aplicación, ya conocida por muchos, es Gaming App, la cual permite activar 2 modos bastante obvios por sus nombres, aunque sea bastante innecesario el silencioso.
Dragon Eye nos permite visualizar un video de Youtube o Twitch mientras jugamos, un detalle muy interesante para copiar estrategias.
No podía faltar la aplicación de Nahimic para potencia el sonido, con diversos efectos predefinidos y otros personalizables.
Destacar que no se incluye ninguna aplicación para el control de
las redes, algo extraño dentro de un modelo gaming de MSI, pero al
no disponer de tarjetas de red Intel/Killer no son compatibles con
las aplicaciones habitualmente usadas.
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