La alianza estrella del mundo de la IA podría estar a punto de romperse. Tras años de colaboración y miles de millones de dólares de por medio, OpenAI y Microsoft se encuentran en un punto muerto que amenaza con dinamitar uno de los acuerdos más influyentes del sector tecnológico. Las diferencias van desde quién tiene acceso a qué tecnología hasta qué papel jugará cada empresa en el futuro de la IA comercial. Y es que OpenAI busca limitar al máximo la influencia de Microsoft en la compañía tildándola incluso de prácticas anticompetitivas. ¿Ruptura en breve?
En el centro del conflicto hay una mezcla explosiva de poder, dinero y ambiciones desbordadas. OpenAI quiere redefinir su estructura legal, buscar más socios y ampliar su influencia en el mercado, pero para ello necesita la bendición de Microsoft, y estos no quieren soltar a los de Sam Altman…
Tremendo lo que está ocurriendo en el sector más lucrativo del hardware y el software en plena guerra de poder por el control de la compañía más exitosa dentro de los LLM. Los de Redmond no están dispuestos a soltar tan fácilmente las riendas de una inversión estratégica que les ha dado acceso privilegiado a uno de los desarrollos de IA más avanzados del mundo, mientras tanto, OpenAI quiere volar sola.
Según informa WSJ en exclusiva, el desencuentro más reciente se debe a la compra de Windsurf, una startup de código que OpenAI adquirió por 3.000 millones de dólares. Aunque el acuerdo original daba a Microsoft acceso al paquete completo de propiedad intelectual de OpenAI, esta vez OpenAI quiere mantener fuera del alcance de su socio el know-how de Windsurf.
¿El motivo? GitHub Copilot, propiedad de Microsoft
, compite directamente con las herramientas de programación de OpenAI. Aquí ya no hay colaboración, sino choque de intereses, la cosa se calienta, y ya venía tibia desde hace meses.Y no es lo único. El paso de OpenAI a convertirse en una empresa con ánimo de lucro también ha provocado tiranteces. Microsoft quiere quedarse con una participación más grande de la que OpenAI estaría dispuesta a ceder. Esta transición es urgente: si no se concreta antes de que acabe el año, OpenAI podría perder hasta 20.000 millones de dólares en financiación futura.
El malestar ha llegado a tal punto que, según fuentes internas, OpenAI se plantea una maniobra drástica: acusar públicamente a Microsoft de prácticas monopolísticas y llevar el caso ante los reguladores estadounidenses. Esto supondría dinamitar la colaboración que comenzó en 2019 con una inversión inicial de 1.000 millones de dólares por parte de Microsoft y que ha permitido a la empresa de Redmond vender productos de OpenAI a través de Azure y tener acceso prioritario a sus modelos.
Mientras tanto, el discurso oficial de ambas compañías sigue siendo de cordialidad. Dicen que están negociando, que la relación sigue en pie y que confían en llegar a un nuevo acuerdo. Pero los movimientos estratégicos de ambos lados cuentan otra historia: OpenAI ya ha empezado a construir su propia infraestructura (el proyecto ‘Stargate’), y Microsoft está desarrollando sus propios modelos de IA, contratando incluso a talentos rivales.
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