NVIDIA y EE.UU. tienen un gran problema: muchos de sus ingenieros de software para IA se van a Huawei, China ya tiene el 50% del talento mundial
Mientras la Casa Blanca levanta muros comerciales para frenar el avance tecnológico de China, los efectos secundarios empiezan a golpear justo donde más duele: el talento. Ingenieros que antes estaban diseñando el futuro de la IA en EE.UU. desde las oficinas de NVIDIA, ahora lo hacen desde los laboratorios de Huawei. Y lo que parecía una jugada estratégica para frenar a un competidor, se está convirtiendo en el mayor acelerador de su desarrollo.
Porque sí, las restricciones impuestas por EE. UU. han impedido a China acceder a los chips más punteros de NVIDIA, pero también han impulsado a empresas como Huawei a buscar soluciones propias y a nutrirse de la mejor materia prima posible: cerebros brillantes.
De NVIDIA a Huawei, los ingenieros chinos vuelven a su país para desarrollar la nueva generación de IA fuera de EE.UU.
De hecho, la proporción de investigadores chinos en IA de alto nivel ha pasado del 33% en 2019 a casi el 50% del total mundial. Y no es solo una cuestión de números: muchos de ellos antes trabajaban para empresas estadounidenses. Ahora desarrollan software avanzado para empresas chinas. ¿El motivo? La política de exportación contra su propio país.
El que lo dice no es cualquiera. Bill Dally, jefe científico de NVIDIA, lo soltó con claridad en un foro de expertos celebrado en Washington: los bloqueos a las exportaciones han terminado siendo gasolina para el motor de la IA china. Huawei, que antes estaba muy por detrás en soluciones de IA, ya empieza a plantar cara con propuestas fiables. ¿La clave? Ha sabido atraer a los cerebros que EE.UU. ha dejado escapar.
O lo que es igual, Trump se está dando un tiro en el pie, y ni los altos sueldos de NVIDIA están frenando el éxodo, pese a que EE.UU. sigue por delante de su gran rival en Inteligencia Artificial, pero eso no es todo, ni mucho menos.
Trump no consigue encauzar el camino hacia la IA en su país, la falta de talento también es falta de organización y medios
Y mientras China monta academias nacionales para la IA, como la de Pekín o su nuevo Instituto de Inteligencia General, Estados Unidos todavía no cuenta con un programa formal a gran escala para liderar la investigación. Todo parece ir a golpe de iniciativa privada, pero sin una visión de país. En este pulso, uno invierte en estrategia nacional. El otro, en levantar barreras.
Desde el punto de vista técnico, Dally recordó que gran parte de los avances en eficiencia energética de la IA no han venido tanto del salto en los semiconductores como de la evolución en el diseño del hardware. Y advirtió que, en el futuro, seguirán siendo estas mejoras las que marquen la diferencia real en el rendimiento.
Sobre los riesgos, también dejó caer una reflexión interesante: el principal mal uso de la IA hoy no es esa hipotética Skynet, sino los vídeos y fotos manipulados. En vez de obsesionarse con tecnologías que detecten si algo es falso o no, propone una idea sencilla y eficaz: marcar el contenido original desde el inicio para que no haya dudas.
Así que sí, el gigante asiático ya no depende tanto del hardware ajeno y empieza a construir el suyo propio con ayuda de un ejército de talento global, parte del cual fue formado, curiosamente, bajo el paraguas de las empresas que ahora quiere frenar. Estados Unidos ha querido ponerle techo a China, pero quizá lo único que ha hecho es enseñarle a volar, y cuando haces eso con un país así, estás cavando tu propia tumba a fuego lento.