Intel enfrentará despidos en IFS del 20% para afrontar la lucha con TSMC con mayor agilidad y reducción de costes
Intel enfrenta este 2025 una de las mayores reestructuraciones de su historia reciente. La compañía reducirá su plantilla global en miles de trabajadores, con un golpe especialmente duro a su negocio de fabricación, es decir, Intel Foundry Services. El objetivo es claro: recortar costes, ganar agilidad y reposicionar el negocio ante un entorno que se le ha vuelto cuesta arriba, marcado por la feroz competencia y el estancamiento en áreas clave como la IA. Por ello, Intel lanza despidos de hasta el 20% en IFS con el objetivo de ser más competitivos frente a TSMC.
Lo que parecía una reorganización discreta en abril ha terminado convirtiéndose en un terremoto laboral. Intel tiene que competir contra TSMC en un momento donde su nodo de vanguardia podría estar por delante del de su gran competidor, pero necesitan optimizar todo lo relacionado con su fundición, y aquí estamos, en una escabechina que va a poner de patitas en la calle a un gran número de trabajadores.
Intel lanzará una serie de despidos en IFS para optimizar su fundición de cara a competir contra TSMC
Las alarmas saltaron tras un correo interno del vicepresidente de fabricación, Naga Chandrasekaran, donde se informaba a los empleados de recortes que oscilarán entre el 15% y el 20%, y que arrancarán en julio. Aunque el documento no fue difundido públicamente, su autenticidad fue verificada por varios trabajadores y recogida por el medio local The Oregonian. Chandrasekaran dijo lo siguiente:
“Estas son medidas difíciles, pero esenciales para afrontar nuestros retos de asequibilidad y la situación financiera actual de la empresa. Son un sufrimiento para todos".
Sobra decir que los motivos económicos son de igual peso, por lo que los azules matarán varios pájaros de un tiro sin lugar a dudas. Con cerca de 109.000 empleados en nómina a finales de 2024, Intel no ha precisado cuántos de ellos forman parte de su división de fundición IFS, el brazo encargado de producir los chips y también de ofrecer servicios a terceros. Sin embargo, se estima que solo en Oregón, donde la compañía emplea a unas 20.000 personas, el impacto podría ser particularmente severo.
La cantidad de trabajadores que irán a la calle llegará a las cinco cifras
La situación es compleja. En 2024 ya se eliminaron 15.000 puestos, y ahora se espera que el nuevo tijeretazo supere los 10.000 empleos perdidos a escala global. La diferencia es que esta vez no se ofrecerán indemnizaciones voluntarias: los recortes serán selectivos y definidos por criterios internos de inversión y rendimiento.
“Estas reducciones se basarán en una combinación de cambios en la cartera, eliminación de niveles y puestos, evaluación de habilidades para los puestos restantes y decisiones difíciles sobre nuestras inversiones en proyectos”, añadió el vicepresidente de la compañía.
La empresa, por su parte, al ser consultada, dejó una simple declaración oficial que confirma todo lo dicho:
“Eliminar la complejidad organizativa y empoderar a nuestros ingenieros nos permitirá atender mejor las necesidades de nuestros clientes y fortalecer nuestra ejecución”.
Con esto, parece claro que se necesitaban cambios y que, de paso, se reduce la masa salarial para ser más competitivos frente a los de Taiwán, en lo que se puede denominar como la lucha por los chips camino a la escala sub-atómica.