Un estudio demuestra que los videojuegos realajan, incluso los que son violentos, aumentando tu HRV y bajando el cortisol
Por mucho que parezca que un videojuego violento solo sirve para desatar adrenalina y disparar los niveles de agresividad, como algunos nos quieren hacer creer, la ciencia, a través de un estudio, dice algo bastante más sorprendente: tanto los videojuegos violentos como los tranquilos relajan el cuerpo. Aunque no lo parezca, incluso una partida con explosiones y disparos, tipo FPS, puede reducir el ritmo cardíaco, aumentar la variabilidad del mismo (HRV) y bajar el nivel de cortisol. Pero cuidado, eso no significa que salgas más zen de la sesión de COD o BF: tu mente puede seguir sintiéndose estresada o incluso más agresiva si lo que jugabas era pura acción.
A estas alturas no es ningún secreto que millones de personas se lanzan a jugar para desconectar del día a día. Hay quien prefiere títulos casuales, RPG o simplemente de puzzles, y otros que se refugian en mundos de combate y supervivencia. Pero lo curioso no está solo en la elección del juego, sino en cómo reacciona nuestro cuerpo frente a ellos.
El mito se cae gracias a este nuevo estudio: los juegos relajan el cuerpo y son beneficiosos
Seguro que has escuchado bastantes veces eso de que los videojuegos crean o impulsan siquiera a las personas a ser agresivas, algo que se ha intentado usar para justificar ciertas desgracias que han cometido algunos sujetos. Pues bien, este estudio no es que desmienta esto, sino que lo hace con datos demoledores.
Aquí entra en juego un experimento realizado con 82 participantes que, tras ser expuestos a una situación estresante artificial (el conocido "Socially Evaluated Cold Pressor Test"), jugaron a pasajes de videojuegos violentos o no violentos. La sorpresa: el cuerpo respondió igual en ambos casos con signos de relajación física, sin importar el contenido del juego. Eso sí, quienes jugaron al tramo violento declararon sentirse más tensos y agresivos.
Lo más llamativo del estudio es esa especie de “desajuste” entre lo que sentimos y lo que nuestro cuerpo realmente experimenta. La mente decía “estoy más estresado” tras jugar a un título violento, pero el corazón y las hormonas parecían decir lo contrario. ¿La razón? Puede deberse a cómo se percibe el tipo de juego: los violentos fueron calificados como más difíciles y exigentes, lo que podría aumentar la tensión subjetiva, aunque fisiológicamente generen alivio.
Los juegos como un tipo de meditación, ¿habrá terapias relajantes con ellos en el futuro?
Y es que estar concentrado y comprometido con el juego también podría activar mecanismos similares a los de una meditación activa. Esto conecta con dos marcos teóricos que ayudan a entender por qué jugamos: la Teoría de Gestión del Estado de Ánimo (MMT) y el Modelo de Susceptibilidad Diferencial a los Efectos de los Medios (DSMM).
Ambos explican que las personas usan los videojuegos como herramienta para regular su estado emocional, y que, dependiendo de la personalidad, algunos pueden incluso beneficiarse más de la intensidad emocional que ofrecen los juegos violentos. Según estas ideas, no todos necesitamos juegos calmados para relajarnos: a veces, un buen tiroteo virtual sirve de válvula de escape para lidiar con el estrés. Esto es realmente interesante, porque las personas estresadas o agresivas encuentran en los videojuegos una forma de calmar las emociones que les producen estar así.
Además, el estudio demuestra que, a nivel fisiológico, jugar a videojuegos en general, sin importar el tipo de contenido, relajan los indicadores clave de estrés como el cortisol y la frecuencia cardíaca. Esta relajación ocurre incluso si el jugador no lo percibe conscientemente. En cuanto al miedo de siempre, la agresividad, los datos siguen sin respaldar que los videojuegos violentos generen un aumento del comportamiento agresivo, siendo esto clave para desmitificar la losa que muchos les intentan colocar para justificar lo injustificable.
De hecho, las pruebas de laboratorio no mostraron efectos significativos en la conducta posterior, lo que refuerza la idea de que sentirse más agresivo no equivale a actuar de forma agresiva. Blanco y en botella.
Al final, esta investigación respalda que los videojuegos, incluso los más intensos, podrían convertirse en aliados para combatir el estrés del día a día. Eso sí, con matices: aunque el cuerpo se relaje, la mente necesita entender que a veces lo que nos hace sudar (aunque sea con mando en mano) también puede hacernos sentir mejor. Con este estudio, el mito de los videojuegos y ciertas conductas destructivas se termina, puesto que como hemos visto nos relajan realmente.