Estados Unidos eleva su nivel de alerta ante ciberataques vinculados al conflicto con Irán

El conflicto entre Irán y Estados Unidos ha escalado el nivel de amenaza interna en territorio estadounidense. Se espera, según el gobierno de EE.UU., un repunte de ciberataques, intentos de represalia y posibles actos de violencia motivados tanto por actores estatales como por extremistas individuales, en respuesta a tensiones acumuladas desde la muerte de un alto comandante iraní en 2020 y al conflicto regional entre Irán e Israel, donde EE.UU. ha tenido mucho que ver en los últimos días tras el ataque con sus B-2.

El Departamento de Seguridad Nacional ha emitido una alerta que estará vigente hasta el 22 de septiembre de 2025, advirtiendo sobre la creciente posibilidad de que tanto hacktivistas proiraníes como actores cibernéticos vinculados directamente al gobierno iraní ataquen redes vulnerables en Estados Unidos.

EE.UU. no se fía de Irán y avisa de ciberataques contínuos

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Aunque se espera que muchos de estos ataques sean de bajo nivel, podrían ocasionar disrupciones en servicios o infraestructuras mal protegidas. Además del riesgo cibernético, persiste la amenaza física. Irán ha mantenido durante años un compromiso declarado de tomar represalias contra funcionarios estadounidenses a quienes responsabiliza por la muerte del general Qasem Soleimani en enero de 2020.

Según el Departamento de Seguridad Nacional, desde entonces, las fuerzas del orden estadounidenses han logrado frustrar varios complots peligrosos en territorio yanki, algunos de ellos directamente respaldados por Teherán. Asimismo, Irán ha intentado atacar sin éxito a críticos de su régimen fuera del país.

Una variable crítica en el análisis de riesgos es el potencial uso por parte del liderazgo iraní de resoluciones religiosas (fatwas) que inciten a la violencia. De emitirse una orden de este tipo, se estima que podría inspirar a simpatizantes del régimen en Estados Unidos a actuar por cuenta propia, incrementando así el riesgo de atentados domésticos.

Trump ha perdido los estribos: "No tienen ni puta idea de lo que están haciendo"

El alto el fuego entre los dos países en conflicto que había conseguido Trump durante 12 horas se ha ido por el retrete, y el mandatario estadounidense se está cansando y perdiendo los estribos, diciendo que no está contento con ninguno de los dos países involucrados en la tregua, puesto que ambos se han salido de ella.

Estos hechos, sumados a la creciente hostilidad entre Irán e Israel, podrían alentar a individuos radicalizados en suelo estadounidense a planificar ataques, no solo ciberataques como se especula, especialmente contra objetivos percibidos como judíos, pro-Israel o asociados a instituciones del gobierno o del ejército de EE.UU.

En este escenario, las autoridades estadounidenses instan a permanecer a sus ciudadanos vigilantes, fortalecer las medidas de ciberseguridad y denunciar cualquier actividad sospechosa. El entorno de amenaza, aunque no específico en objetivos, es amplio y potencialmente persistente, alimentado por una combinación de tensiones geopolíticas, revanchismo ideológico y activismo digital hostil.

Viendo el panorama actual, donde nadie respeta nada y la tensión no para de aumentar, donde ninguna de las partes es la "buena", los ciberataques contra infraestructuras críticas pueden hacer mucho daño, pero los físicos pueden ser devastadores si llegan a organizaciones concretas o sitios concurridos. Si Trump venía como el adalid de la paz, se está encontrando con el hecho de que todos están enfrentados, y parece que de paz no quiere ni hablar, por diversos motivos. Los aranceles, curiosamente, parecen ya hasta deseables en este marco de escalada.