EE.UU. y China firman la paz con los aranceles: +55% y +10%, el hardware subirá de precio, y no poco

La guerra comercial entre Estados Unidos y China no se ha terminado, ni mucho menos. Aunque han maquillado el choque como un “acuerdo preliminar”, la realidad es que han pactado nuevos aranceles: un 55% por parte de EE.UU. y un 10% desde China. ¿Qué significa esto? Que el precio del hardware, sí, el que llevas meses esperando que baje, va a subir definitivamente por estos nuevos aranceles entre EE.UU. y su gran rival, China.

El telón de fondo es un tira y afloja que lleva meses lastrando las cadenas de suministro globales. La tregua que se planteó en mayo bajo el “consenso de Ginebra”, aquella promesa de reducir los aranceles a niveles más razonables: 30% EE.UU. y 10% China, saltó por los aires tan rápido como se firmó. ¿La causa? Intercambio de acusaciones, el cual, hoy tiene un desenlace que no gustará a nadie.

El primer borrador está listo: los aranceles subirán al 55% y 10% para EE.UU. y China, el hardware se irá por las nubes en precio

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Ahora, en un nuevo intento de apaciguar el caos, ambas potencias han sacado un borrador de entendimiento tras reunirse en Londres. No es un pacto firme aún, ya que los presidentes Trump y Xi Jinping deben ratificarlo, pero ya se han puesto sobre la mesa condiciones que, si se cumplen, podrían reactivar un mínimo equilibrio comercial: acceso universitario para estudiantes chinos en EE.UU., envío anticipado de imanes e insumos minerales desde China, y, por supuesto, los dichosos aranceles generales.

Y aunque parezca que esto solo va de ellos, en Europa vamos a notarlo. Mucho. La última vez que se dispararon los aranceles, China desvió buena parte de sus exportaciones a Europa para compensar el frenazo con EE.UU. Resultado: un +8% de exportaciones chinas hacia la UE y una presión brutal sobre la industria europea.

Ahora que el flujo puede volver a redirigirse hacia suelo americano, se reducirá el "dumping indirecto", pero también se encarecerán productos que aquí dependen del equilibrio Asia–EE.UU., como componentes electrónicos, hardware en general, motores eléctricos o materiales para energías renovables.

Los chips y semiconductores no se van a salvar

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El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, y el secretario de Comercio, Howard Lutnick, aseguran que los principales puntos de conflicto, es decir, los minerales estratégicos y las exportaciones tecnológicas, están encauzados. Desde el otro lado, el viceministro de Comercio chino, Li Chenggang, dice que el ambiente ha sido “franco y profesional”, lo cual suena a diplomacia forzada, pero al menos se han sentado a hablar.

Eso sí, cuidado con el calendario: la tregua comercial expira en agosto, y el plazo para que EE.UU. y Europa cierren su propio trato termina el mes que viene, en julio. Mientras tanto, un tribunal federal norteamericano sigue avalando varios de los aranceles firmados por Trump, a la espera de una decisión definitiva.

Así que si tenías pensado montar un PC, renovar gráfica o importar componentes, ve preparando la cartera. El futuro inmediato no pinta barato, y salvo excepción de última hora entre China y EE.UU. (no se espera según los rumores) que exima a los chips y semiconductores de dichos aranceles, el hardware en general sufrirá las consecuencias, y con ello, todos los usuarios y empresas.