Arm sobre la compatibilidad de sus CPU en Windows: ‘Es un problema prácticamente resuelto’ ¿Tienen Qualcomm y NVIDIA posibilidades contra Intel y AMD?
Si alguien pensaba que los juegos en Windows con SoC Arm eran cosa del futuro lejano, es posible que tenga que reconsiderarlo. Las cosas no están del todo listas, eso es cierto, pero hay señales claras de que se está avanzando. Aunque aún persisten ciertos obstáculos, especialmente con los juegos, hay razones para pensar que esto podría cambiar más pronto que tarde, al menos según afirma Chris Bergey, vicepresidente sénior y director general del área de clientes de Arm Holdings, el cual habló de la compatibilidad de sus CPU con Windows como escenario para el gaming del futuro.
Y sí, parte de ese cambio pasa por los desarrolladores, pero también por la insistencia de empresas como Arm, que siguen puliendo los problemas técnicos junto a Microsoft. ¿El resultado? Un ecosistema que, aunque aún tiene cuestas por subir, ya no parece tan accidentado. Y eso nos lleva a una conversación que lo deja todo bastante claro entre Bergey y los compañeros de PCGamer.
La compatibilidad de las CPU y SoC Arm está prácticamente resuelta con Windows gracias a Microsoft y Prism
Hace un año, cuando empezaron a salir los primeros portátiles con Snapdragon X, muchos usuarios se toparon con el clásico “esto no es compatible”. Sin embargo, Arm y Microsoft han estado trabajando codo con codo para limar estas asperezas, y según la información que manejan, las cosas han mejorado bastante.
Prism es algo que en el futuro será un software para compatibilidad pasada, pero ahora mismo es clave con ciertas aplicaciones, y esto es gracias al trabajo de Microsoft, el cual, Arm agradece, puesto que según afirman la compatibilidad de sus CPU en Windows es casi total:
«Para nosotros, el tema de la compatibilidad es un problema prácticamente resuelto».
Según los de Redmond, el 90% del tiempo que pasa un usuario medio en apps hoy día es con versiones nativas de Arm, y lo que no lo es, se ejecuta con bastante soltura gracias al emulador Prism. En juegos todo ha sido más complejo, ya que según dice Bergey, usan registros que en Arm no existen, y eso complica desde la portabilidad hasta los sistemas anti trampas.
Los desarrolladores deben de dar un paso adelante y puede que Apple, SteamOS y Linux sean parte del movimiento definitivo
Aunque ya hay juegos que funcionan sorprendentemente bien, todavía hay muchos otros que ni arrancan. El rendimiento no es el problema, sino la compatibilidad, y esa barrera solo se superará si los desarrolladores apuestan por ofrecer soporte nativo para Arm en sus juegos.
Y ahí está la clave del asunto. No se trata de reemplazar una arquitectura por otra, sino de ampliar horizontes. Lo mismo que sucede al optimizar un título para distintas tarjetas gráficas o para distintos Sistemas Operativos. Por ello, el apoyo de Apple, la llegada de NVIDIA y MediaTek, la presión de SteamOS y Linux, pueden ser clave para que tanto los desarrolladores como Microsoft se pongan las pilas y comiencen a optimizar para ambas arquitecturas, x86 y Arm.
El problema, como seguro estás pensando, es que si ya de por sí los juegos están fatalmente optimizados y solo en consolas parece que se hace un buen trabajo debido al ecosistema cerrado, ampliar a una nueva arquitectura de CPU con Windows de fondo no parece muy óptimo, ni para x86 ni para Arm.
Esto se solucionará, según Bergey, con financiación y presión a la industria del videojuego, lo que es igual, pagando por soporte y optimización. Lo que luego surja de ahí ya veremos si es apto o no, porque al final la base la sentará Microsoft con Windows, si es que SteamOS no termina por ser la mejor opción para gaming, como ya ha demostrado en consolas portátiles.