Intel se encuentra ahora mismo en su punto más bajo en cuanto a su rivalidad con AMD en el mercado de servidores y centros de datos. El motivo es evidente, y es la fuerte competencia que ha ido teniendo por parte de los procesadores AMD EPYC en los últimos años. Haciendo que los procesadores Intel Xeon estén en su punto más bajo a nivel de ventas de los últimos 13 años. Lo que directamente implica que tanto AMD, como Arm, en menor medida, se han visto beneficiados de su falta de competencia en este jugoso negocio.
Esta información, aportada por los analistas de SemiAnalysis, 2024 fue un nuevo golpe de realidad para Intel. Y es que en 2024 las ventas fueron un 10% más bajas respecto a 2023. Respecto a su mejor año, 2021, las ventas de procesadores Intel Xeon han caído en más de un 80%. Demostrando así el golpe de realidad tras el dominio incesante de los AMD EPYC a cada nueva generación que llegaba. Procesadores que no solo eran más eficientes, sino más potentes, y ofreciendo una cantidad de núcleos nunca antes vista.
Si bien el volumen de procesadores para servidores Intel Xeon ha alcanzado su nivel más bajo en los últimos 14 años, esto es la segunda vez que ocurre por año consecutivo
. Ya 2023 fue su peor año, pero fue mejorado por 2024. Una de las posibles soluciones se ha dado a conocer en los últimos resultados financieros. Y es incluso la contratación de una fundición externa, como TSMC, para fabricar sus procesadores para centros de datos y servidores.Evidentemente no es la solución definitiva a sus problemas. Pero es un paso necesario para mejorar su competitividad en un intento de frenar el crecimiento de los AMD EPYC. No solo necesitan más potencia a menor consumo. Sino añadir el mayor número de núcleos que puedan para mantener la competencia con AMD y Arm. Arm hace muy poco ruido, pero gracias a su muy bajo consumo energético, compensa la falta de rendimiento añadiendo más núcleos que cualquier solución basada en la arquitectura x86. Compensando así la baja potencia de cada núcleo multiplicando el número de estos.
Para mala suerte de Intel, en 2022 fue cuando se desaceleró la demanda de servidores (tras dispararse la demanda por la pandemia). Justo cuando AMD presentaba la cuarta generación de procesadores con hasta 96 núcleos. Por lo que la poca demanda que existía en el mercado se centró en estos procesadores. Siendo así 2023 el año más fatídico de la compañía, que ahora en 2024 ha experimentado una nueva caída del 10%.
Hay que recordar que la semana pasada justo los procesadores Intel Xeon redujeron su precio en hasta un 30% para buscar ser más competitivos. Por lo que no es una casualidad. Viendo como su CPU tope de gama, el Intel Xeon 6980P, ha pasado de costar 17.800 dólares a 5.340 dólares. Dicho de otra forma, cada núcleo de la CPU ha pasado de costar 139 a 97 dólares, mejorando al de su rival AMD EPYC Genoa 9654 con 123 dólares el núcleo.
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