La IA necesita tanta energía que provoca inestabilidad en la red eléctrica de los hogares que están a menos de 80 km

El concepto de IA lo conocíamos desde hace muchos años porque se han realizado experimentos con inteligencia artificial a lo largo de la historia. Deep Blue fue el ejemplo de como era posible que un brazo robot con IA pudiera derrotar al campeón mundial de ajedrez Garry Kaspárov. Aunque la inteligencia artificial generó cierto interés en esa época, lo cierto es que estábamos limitados en cuanto a potencia necesaria para entrenar modelos de IA más complejos. Ahora tenemos ese hardware y estamos en plena era de auge de la IA, aunque ya hemos visto que requiere tanta energía que puede llegar a provocar problemas de inestabilidad y daños en los dispositivos electrónicos de los ciudadanos estadounidenses.

Si echamos la vista atrás unos años y nos situamos en el momento de la pandemia COVID-19, la criptominería se convirtió en un tema central de habla por parte de todo tipo de personas e incluso empresas. Las criptomonedas como el Ethereum que se podían minar usando hardware como GPU, empezaron a subir su precio y cada vez resultaba más rentable minar. Esto es lo que provocó que se vendieran una enorme cantidad de tarjetas gráficas y se agotaran en tiendas. A su vez, subió el precio de estas considerablemente y como no, esta actividad fue muy perjudicial para el medio ambiente.

El consumo de energía de los centros de datos e IA provoca picos de energía inestable que provocarán daños en los hogares de los ciudadanos estadounidenses

Países energía distorsionada

La criptominería se convirtió en un problema a nivel global, ya que el consumo de energía era tan alto que podía ser equivalente al de países pequeños. Esto no duró mucho tiempo, pues cuando llegó ETH 2.0, la criptominería prácticamente desapareció debido a que no resultaba rentable. Esta siguió practicándose en países como EE.UU. y zonas donde la electricidad era "gratis", pero los ingresos eran mucho menores. Aunque la criptominería ya no amenaza tanto al medio ambiente y consumo de energía como antes, ahora son los centros de datos y la IA lo que consume mucha energía. Hace unos meses vimos como Google y Microsoft consumían debido a la IA más electricidad que países como Islandia y esto va a aumentar con el paso del tiempo.

El enorme consumo de energía de la IA ha creado un problema, pues en Estados Unidos está distorsionando el flujo de electricidad y crea inestabilidad para millones de hogares de ciudadanos. Se estima que esto provocará miles de millones de dólares en daños a electrodomésticos y dispositivos de todo tipo. La energía distorsionada provoca que el voltaje fluctúe constantemente con el tiempo en lugar de ser estable y las zonas en rojo marcadas en el mapa sufren de ello.

La mayor parte de los afectados se encuentran en zonas cercanas a los centros de datos

Distorsión energía

Tras analizar las zonas más afectadas, se ha llegado a la conclusión que más de tres cuartas partes de las lecturas de energía inestables provienen de zonas que se encuentran a menos de 80 km de los centros de datos. Así pues, tenemos zonas afectadas como Chicago, Columbus, Minneapolis, Seattle, Denver, Los Ángeles, Virginia, Nueva York e incluso Florida, siendo este el único caso que se encuentra lejos de los centros de datos.

Por otro lado, la mayoría de señales que proporcionan energía estable y sin distorsiones se encuentran en zonas alejadas de centros de datos que consumen una gran cantidad de energía con la inteligencia artificial. Si ya de por sí la red eléctrica estadounidense es frágil, se está empeorando la situación y las preocupaciones son cada vez mayores. Se teme que puedan subir los precios de la electricidad o que haya cortes de esta, pues al final la red eléctrica tiene un límite.