Trump podría acabar, total o parcialmente, con la Ley CHIPS for America de Biden y hundir a Intel en el peor momento de su historia
Las elecciones presidenciales en Estados Unidos concluyeron con el regreso de Trump a La Casa Blanca, lo cual ha generado controversia sobre el futuro de la Ley CHIPS for America. Este proyecto, impulsado por la administración Biden, fue diseñado para reforzar la competitividad de Estados Unidos en la industria de semiconductores mediante subsidios y fomentar inversiones. No obstante, la postura de Trump y de Mike Johnson, presidente de la Cámara de Representantes, plantea dudas sobre su continuidad en un momento donde Intel necesita ese dinero como agua de mayo.
Durante su campaña, Trump expresó enérgicamente que Taiwán y China "han robado" el mercado de chips estadounidense, e incluso sugirió imponer "tarifas de protección". En una plataforma de redes sociales, el estudiante de periodismo Luke Radel cuestionó a Johnson sobre si, en caso de que Trump ganara, se derogaría la Ley de Chips. La respuesta de Johnson fue directa y mantiene a la industria de los semiconductores en vilo.
Trump y Johnson amenazan con poder derogar la Ley CHIPS en un momento donde la financiación pública de China a sus empresas aumenta
Johnson dejó claro que sí, que podrían hacerlo, que podría derogar la Ley CHIPS con Trump como presidente de EE.UU., y lógicamente, esto ha metido el miedo a más de una empresa con planes de expansión mil millonarios, la primera, Intel, que está en la cuerda floja.
Más tarde, en un acto en Nueva York, Johnson afirmó a la prensa que, bajo un gobierno republicano, “podrían” intentar desmantelar esta ley. Sin embargo, tras recibir críticas, Johnson matizó su declaración, expresando su respaldo al proyecto de Micron en Nueva York y aclarando que su intención no es derogar la ley, sino modificarla.
Según Johnson, busca eliminar "sus costosas regulaciones y los requisitos del Green New Deal", con la meta de apoyar la fabricación de chips sin el enfoque ambientalista que considera excesivo. "Vamos a apoyar la fabricación de chips, no vamos a apoyar el Green New Deal. Cuando separas esas dos cosas, es mucho más sencillo", enfatizó.
Trump, en línea con sus críticas, calificó la Ley de Chips como “muy mala”, argumentando que incrementaría los costos para la clase media. Como señaló CNN, esta postura podría interpretarse como una rivalidad con Biden, ya que derogar esta política emblemática afectaría los logros de la administración anterior.
Sin esta ley, EE.UU. se quedaría con el 8% y dejaría a China campar a sus anchas con TSMC, ¿van a derogar, o modificar sustancialmente, algo tan beneficioso?
Desde su promulgación en 2022, la Ley de Chips ha incentivado inversiones millonarias en Estados Unidos, superando los 395 mil millones de dólares, con compromisos de grandes empresas como Intel, Micron, TSMC y Samsung. La Casa Blanca estima que estas inversiones posicionarán a Estados Unidos como uno de los principales productores de chips para 2032, aumentando su cuota global de producción del 10% actual al 14%. Según Bloomberg, sin esta ley, la participación estadounidense podría disminuir al 8%.
Pese a los logros de la Ley de Chips, algunos analistas sostienen que Estados Unidos ya domina el ecosistema de semiconductores, excepto en la fabricación de chips por contrato, un mercado liderado por TSMC. Un artículo de Forbes argumenta que el liderazgo tecnológico estadounidense está en riesgo principalmente debido a factores exagerados, y que la experiencia del sector privado sigue siendo la verdadera ventaja estratégica de Estados Unidos. Según el artículo, “el liderazgo de este esfuerzo debería provenir de una base de experiencia del sector privado en lugar de basarse en un mandato gubernamental”.
No obstante, figuras como el comentarista Noah Smith consideran la posible derogación de la ley como una amenaza para la seguridad nacional estadounidense. “Ahora Trump quiere derogar la 'Ley de Chips' y todas las políticas industriales, lo que socavará nuestra defensa eficaz. La mejor oportunidad de China”, advirtió Smith, subrayando que los chips son esenciales para armas, vehículos de guerra y para el desarrollo de IA. Dado el control de Taiwán y China sobre los chips de vanguardia y maduros, Smith considera la Ley de Chips como un "primer paso importante" para cerrar esta vulnerabilidad de seguridad.
Smith advirtió que la reelección de Trump podría aumentar la tensión social y comprometer la industria emergente de fabricación de chips en EE.UU., además de limitar su capacidad de competencia en la "nueva Guerra Fría". Sea como fuere, es la segunda noticia de importantes cambios de Trump tras la legislación y directrices de IA de ayer, sin duda, va a haber importantes cambios en EE.UU. en materia tecnológica.