Taiwán se acerca a Europa en chips y economía ante la posible espantada de Trump por las presiones de China

En un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y transformaciones tecnológicas, Taiwán emerge como un actor clave en la producción de semiconductores, mientras busca fortalecer sus lazos económicos con Europa. Esta alianza, fundamentada en valores democráticos compartidos, está cobrando relevancia frente a desafíos estratégicos, como la dependencia tecnológica y las amenazas autoritarias, que preocupan a ambas partes. Teniendo en cuenta que Biden ha dejado hoy vendido a Trump ante China y que esta ha puesto como condiciones que no alienten la independencia de la isla, Taiwán usa la democracia con Europa tirando el anzuelo de los chips.

Durante el Foro de Inversión Taiwán-UE celebrado recientemente en Taipéi, el presidente taiwanés, Lai Ching-te, subrayó la importancia de establecer un acuerdo de asociación económica con la Unión Europea.

La democracia como excusa, los chips como anzuelo: Taiwán teme quedarse sola ante China y recurre a Europa

TSMC-Europa

Lo que hasta ahora era una isla protegida por EE.UU. con el amparo de los chips, donde los americanos también hacían negocio armamentístico con Taiwán para que se pudiesen defender de China, es ahora un posible callejón sin salida. Biden, siendo todavía presidente de los EE.UU., fue a China para reunirse con Xi Jinping en un movimiento que parece complicar las cosas a Trump antes de llegar a La Casa Blanca.

Aprovechando la debilidad que ha mostrado EE.UU. China ha impuesto 4 puntos clave si quieren cooperar con su país, del cual solo destacaremos el que aquí nos interesa: evitar el alentar la independencia de Taiwán. En otras palabras, no quiere que EE.UU. se meta a defender a la isla ni que la declare independiente cuando China la considera otra provincia más. Por ello, Taiwán ha movido ficha con Europa.

Según Lai, este paso sería fundamental no solo para reforzar la cooperación en sectores clave como los semiconductores y la IA, sino también para consolidar un "paraguas democrático fuerte" frente a la expansión del autoritarismo.

"De cara al futuro, Taiwán espera adoptar un enfoque innovador hacia la firma de un acuerdo de asociación económica con la UE", afirmó Lai, destacando la relevancia de construir cadenas de suministro seguras y resilientes para las democracias globales. Dado que TSMC aterrizará en nuestro suelo, el movimiento está claro que busca protección de la UE por si EE.UU. se hecha para atrás con Trump, que ya amenazó con aranceles a cualquier chip que no se produjese en suelo yanki.

TSMC ha sido la llave y nexo de unión para la cumbre

TSMC construir fábricas Europa

Este llamado no es fortuito. Taiwán, líder mundial en la fabricación de chips gracias a empresas como TSMC, ha estado promoviendo acuerdos de comercio e inversión con socios internacionales, especialmente en Europa. En agosto, TSMC inauguró una planta de chips en Dresde, Alemania, lo que representa un hito en la colaboración taiwanesa-europea. La instalación está destinada a convertirse en un pilar estratégico para la industria tecnológica y automotriz del continente, fortaleciendo la posición de Europa como un actor relevante en la cadena global de semiconductores.

Por su parte, la Unión Europea ha intensificado sus esfuerzos para diversificar sus fuentes de suministro de chips, en línea con la Ley Europea de Chips. Esta normativa busca reducir la dependencia del continente de Asia, especialmente en sectores críticos, fomentando la producción local y la cooperación con socios afines.

Aunque la UE no tiene relaciones diplomáticas formales con Taiwán, su enfoque hacia la isla refleja una estrategia pragmática para reforzar su seguridad económica. María Martín-Prat, jefa adjunta de la Dirección General de Comercio de la Comisión Europea, reconoció la importancia de Taiwán como socio confiable. "Taiwán, una democracia vibrante con una economía abierta, es un socio confiable para nosotros en la promoción de nuestra seguridad económica", expresó en un mensaje en el evento.

Si nos damos cuenta, el tono es distinto aquí, y aunque no se diga directamente, Europa está reconociendo la independencia de Taiwán calificándola de democracia, donde China no lo es, ni tampoco quiere serlo por ahora, pero sí que quiere sus chips.

La cadena de suministro, el problema de Europa con el coche eléctrico y la independencia de Taiwán hospedada por los chips

El panorama no está exento de desafíos. Taiwán enfrenta un aislamiento diplomático significativo debido a la presión de China, que reclama la isla como parte de su territorio. Aunque ha logrado acuerdos como la Asociación Comercial Reforzada con el Reino Unido y busca unirse al Acuerdo Integral y Progresivo para la Asociación Transpacífica (CPTPP), aún tiene un número limitado de tratados comerciales bilaterales.

En este contexto, un acuerdo con la UE no solo sería políticamente significativo, sino que también establecería una base sólida para garantizar la estabilidad de las cadenas de suministro globales.

Mientras tanto, y como decíamos, la estrategia es a dos bandas con dos grupos, donde la tensión entre Estados Unidos y China añade otra capa de complejidad al entorno geopolítico. Pekín ha fijado cuatro puntos clave para evitar un conflicto similar al de Ucrania, subrayando la necesidad de un enfoque cauteloso en las relaciones internacionales. En este escenario, la colaboración entre Taiwán y Europa adquiere un peso estratégico, posicionándolos como actores clave en la defensa de los valores democráticos y la estabilidad económica global.

No es solamente un acuerdo que beneficia a las dos partes, donde Europa no depende de China y sus chips maduros para tener suministros para todo el continente y sectores, sino que puede tener un impacto directo en toda la geopolítica del planeta si, finalmente, Trump retira su protección y apoyo a la isla para hacer negocios, curiosamente, con China, aceptando Taiwán de mala gana los aranceles para los nodos más avanzados del planeta.

Por ello, Intel es clave, ya que si supera a TSMC con Intel 18A e Intel 14A, Taiwán habría pasado a un segundo plano, curiosamente, gracias a los escáneres europeos de ASML para los azules con la tecnología EUV High-NA, donde Intel les lleva ventaja.