China, a través de Huawei, intenta «fichar» a empleados o ex-empleados de TSMC para evolucionar en la fabricación de chips

La batalla por el talento en la industria de los semiconductores entre Taiwán y China se intensifica, con en el centro de la disputa. TSMC es el líder mundial en fabricación de chips por contrato, pero este dominio técnico ha convertido sus secretos industriales en un codiciado objetivo para otros fabricantes, especialmente los chinos, que buscan acelerar sus propias capacidades en el desarrollo de semiconductores. Por ello, desde Francia, alertan de alto bastante interesante: China, a través de empresas como Huawei, intenta fichar a empleados o incluso, ex-empleados, de TSMC (o EE.UU.) pagándoles hasta 3 veces más sueldo.

Lógicamente, y para proteger sus conocimientos técnicos, TSMC implementa medidas estrictas de compartimentación en sus proyectos. Esto significa que los empleados tienen acceso limitado a la información confidencial, lo que reduce el riesgo de fugas. Sin embargo, rivales como Huawei y SMIC han buscado reclutar a ex-empleados de TSMC, con la esperanza de adquirir parte de esta valiosa información.

China se lanza con Huawei al intento de fichar a empleados, o ex-trabajadores, de TSMC pagándoles hasta 3 veces más

TSMC China Huawei chips

Este tipo de prácticas no son desconocidas y llevan años gestándose, pero ¿cómo puede proteger Taiwán su propiedad intelectual con ex-empleados de TSMC? Pues no es sencillo, pero hay mecanismos ante el movimiento de China en este aspecto. En respuesta, la Oficina de Investigación Judicial de Taiwán ha reforzado su vigilancia sobre empresas que contratan talento en el sector de semiconductores.

Estas compañías suelen camuflar sus operaciones como firmas de análisis de datos, con el objetivo de atraer especialistas taiwaneses mediante salarios que triplican los estándares locales. Según Taiwán, estas estrategias forman parte de un esfuerzo chino por extraer secretos tecnológicos cruciales para su industria de semiconductores, que enfrenta restricciones de Estados Unidos.

Una estrategia clave es contratar a especialistas experimentados en empresas como TSMC, UMC y proveedores de herramientas de automatización de diseño. Así, compañías como CXMT, Huawei, SMIC y QXIC están ofreciendo incentivos financieros significativos a quienes deseen unirse a sus equipos. De hecho, se habla de triplicarles el sueldo si acceden a pasar de la isla al continente para trabajar en una de sus empresas, donde hace solo cuatro años ya ofrecían a ciertos trabajadores hasta 2,5x de su sueldo, la oferta se incrementa por tanto.

Un movimiento a la desesperada de China para intentar avanzar más rápido en tecnologías clave como EUV o las herramientas de fabricación para las obleas.

EE.UU. y Taiwán son muy claros con sus trabajadores del sector: si te vas con China, no vuelves

CC-Wei-y-Mark-Liu-China-TSMC-fabricación-chips

Pero aceptar estas ofertas conlleva riesgos. Una vez que un trabajador abandona una empresa estadounidense o taiwanesa para unirse a una firma en China, es poco probable que pueda regresar. Un ingeniero de packaging de microchips, Chloe Chen, comentó a Le Monde que recibe ofertas de reclutamiento frecuentemente, pero no responde. “Nunca contesto”, afirmó Chen, quien prefiere su empleo actual en una compañía estadounidense en Taiwán.

El mensaje que mandan los americanos y taiwaneses en sus empresas punteras para sus trabajadores, desde los de más bajo rango hasta los directivos es simple: si te vas a una empresa China o subsidiaria de esta, a trabajar, no volverás a hacerlo aquí.

Como vemos, es una amenaza muy clara que defiende intereses geopolíticos a través de la tecnología. Ni EE.UU. ni Taiwán quieren que su personal, lo más valorado por las empresas de ambos países, terminen en suelo chino, y mucho menos después de ver los casos con Corea del Sur o los intentos de China en Europa con Imec y ASML, donde hasta los estudiantes tienen prohibido el acceso a la formación de las empresas.

Todo lo dicho se aplica igualmente a los trabajadores que ya no están en las principales empresas de ambos países, ya que la política al respecto es la misma incluso aunque actualmente se milite fuera del sector. Una vez que los empleados son contratados por una de las grandes empresas de Taiwán (TSMC) o EE.UU. (Intel) la amenaza es clara para con China: si te vas con ellos, no vuelvas. Un arma de doble filo sin duda.