Más problemas para Intel: EE.UU. retrasaría su ayuda de 8.500 millones de dólares

Parece que a Intel únicamente le rodean problemas, y más ahora que podría retrasarse una gran ayuda millonaria de Estados Unidos (EE.UU.). En concreto hablamos de la ayuda estatal de 8.500 millones de dólares de la Ley de CHIPS. Esta inyección de capital está destinada a que Intel levante nuevas fundiciones en el país, pero parece que ese dinero aún está lejos de llegar.

Según informa Bloomberg, el Departamento de Comercio rechazó la solicitud de asignación inicial. Algo bastante llamativo, cuando la administración de Joe Biden esperaba que Intel liderara el renacimiento de la fabricación de chips en EE.UU.

La ayuda de EE.UU. a Intel se frena en un momento donde tiene dificultades financieras

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Los motivos detrás de ello es la crisis que está viviendo la propia Intel. Es por ello que se le está exigiendo a Intel que cumpliera objetivos específicos y completara un proceso de diligencia antes de que se liberaran los fondos. Esto supone un duro revés tanto para Intel, como para la política industrial más ambiciosa del país en décadas. Y es que Estados Unidos no tendrá tanto interés en inyectar aún más capital en compañías extranjeras. La gran baza era que Intel, compañía estadounidense, liderara la fabricación de chips. Sin Intel, dependen de una compañía taiwanesa (China) como TSMC, o de Corea del Sur como Samsung Foundry.

Esta noticia se da a conocer cinco meses después de que Pat Gelsinger, CEO de Intel, viaja a Arizona para reunirse con el Presidente de los Estados Unidos. Esta reunión tenía como interés cerrar un paquete de incentivos valorado en 20.000 millones de dólares. Dado que Intel está pasando por un muy mal momento, se desconoce si finalmente podrá disponer de todo este dinero. No acceder a este dinero generaría aún más problemas a la estabilidad de Intel. Pero también pondrá en peligro la capacidad del gobierno para alcanzar sus objetivos políticos. Entre los que se incluyen el establecimiento de un suministro seguro de chips de última generación para el Pentágono y la fabricación de una quinta parte de los procesadores más avanzados del mundo para el año 2030.

¿Merecerá la pena el riesgo?

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El gobierno de Estados Unidos únicamente tiene a Intel. Así que tendrá que sopesar la situación por la que está pasando Intel y si cumplirán su promesa. Intel se ha comprometido a mantener las negociaciones a pesar de los requisitos adicionales. Pero tiene que lidiar con nuevos problemas regulatorios y de calendario.

Los términos de la financiación incluyen 8.500 millones de dólares de EE.UU. en asistencia y/o ayuda directa a Intel. A estos se le suman 11.000 millones de dólares en crédito de bajo coste y un crédito fiscal del 25 por ciento por un valor de hasta 100.000 millones de dólares para las inversiones de Intel en Arizona, Nuevo México, Ohio y Oregón.

"Estamos haciendo progresos significativos en nuestros proyectos estadounidenses en Arizona, Nuevo México, Ohio y Oregón, y esperamos finalizar pronto nuestro acuerdo de financiación". Dijo Intel en un comunicado oficial.

"Hemos estado trabajando duro para abordar los problemas", dijo el propio Pat Gelsinger a los inversores la semana pasada. "Como todos en la industria, nos damos cuenta de que tenemos que operar eficientemente con agilidad, con urgencia".