Intel, en la cuerda floja: tras Alemania puede llegar Malasia, y con ello recortar otros 7.000 millones en un momento clave, ¿no habrá expansiones o nuevas FAB?

El tiempo corre. La reunión de Intel iba a ser, en teoría, a principios de semana, pero como ya está siendo tradición en las últimas semanas dentro de la compañía, todo se está retrasando. Ahora se dice que en los próximos tres días dicha reunión se producirá, la cual es clave para su futuro, pero alrededor de los azules todo se está desmoronando y la gente se impacienta. Tras Alemania, que no sabe todavía si Intel va a aterrizar finalmente en Magdeburgo, llega Malasia, los cuales ven peligrar la ampliación de su FAB de chips y sus empleados, ya que se podría cancelar, lo que dejaría al país sin 7.000 millones de inversión y con algunos de los 14.000 trabajadores en el paro.

Se dice por Santa Clara que sí que ha habido una corta y breve reunión ya en la junta directiva, pero solamente para fijar los puntos para lo que será un consejo reunido en su máximo esplendor, en principio, este fin de semana. Se dice, o al menos así informan desde Bloomberg, que se han discutido la venta de subsidiarias, reducción de inversiones en fábricas o incluso una división de sus operaciones principales. Es decir, esa primera toma de contacto ha puesto sobre la mesa todo lo que llevamos hablando en las últimas dos semanas, y esto evidentemente es terrorífico para un gigante como Intel.

Pat Gelsinger, el "gurú" de los chips, en la cuerda floja, ¿tiene la confianza de la junta directiva y accionistas?

Gelsinger ha intentado devolver a Intel su papel de líder global con inversiones multimillonarias en nuevas fábricas, pero este enfoque no ha sido suficiente para cambiar el rumbo de la empresa. Además, Intel sigue rezagada en la producción de los chips más avanzados, véase la cancelación in-extremis de Intel 20A, lo que ha socavado aún más su competitividad en un mercado donde la innovación es crucial.

Aunque la administración Biden ha apostado por Intel como pieza central en su plan de 50 mil millones de dólares para revitalizar la industria nacional de semiconductores, la empresa sigue enfrentando importantes desafíos tanto internos como externos. Esta semana hemos visto por partida doble que las ayudas gubernamentales no van a ser tan fáciles de obtener para los azules, lo cual complica todo un poco más.

Las opciones que se barajan para salvar a Intel incluyen la venta de activos como su participación en Mobileye, una empresa de tecnología de conducción autónoma que ha perdido valor de manera significativa. También se ha mencionado la posibilidad de vender Altera, una subsidiaria que fabrica chips programables (FPGA principalmente)

Malasia tocó a la puerta de Intel, y nadie les abrió: se podría cancelar la ampliación de la FAB en Penang

Si la FAB en Alemania está casi descartada, todavía quedan inversiones que tratar, por ejemplo, las que se proyectaron en Malasia para la FAB de Penang. El brazo de inversiones del gobierno local intentó hablar con Pat Gelsinger, pero lo que se encontró el primer ministro de la comunidad es que "están analizando la situación":

"No podemos hablar en su nombre y emitirán un comunicado cuando hayan tomado una decisión final al respecto".

Teniendo en cuenta que Malasia se juega competir con China y Taiwán tanto en procesos maduros como en los de vanguardia, siendo el azote de Intel en el sureste asiático, todo se tiene que medir muy bien, ya que para competir con esos dos gigantes la FAB debe de expandirse bastante para soportar más capacidad de fabricación de chips y escáneres o herramientas de fabricación de nueva factura.

Intel respondió ayer con un comunicado en la misma línea:

“Malasia seguirá siendo un mercado importante a medida que construimos nuestra larga y orgullosa historia aquí”.

Ni confirman ni desmienten, y eso es un problema si tenemos en cuenta que llevan en el país desde 1972. En juego están los 7.000 millones a ganar como inversión, o ver cómo algunos, o muchos de los 14.000 empleados terminan en la calle. Hay que tener en cuenta que la FAB de Penang iba a ser la primera en tener Foveros 3D fuera de EE.UU., así que es de vital importancia estratégica para Intel, sobre todo dentro del sector de las CPU de servidor y GPU para IA.