EE.UU. lanza su ofensiva total contra los coches de China: prohibirá software y hardware entre 2027 y 2030 por riesgos de seguridad
El gobierno de Estados Unidos se está preparando para implementar nuevas medidas que buscan proteger la industria automovilística nacional, en respuesta a preocupaciones de seguridad y competencia con China. En mayo, el presidente Joe Biden introdujo aranceles del 100% para los coches chinos, pero no es suficiente. Ahora el actual presidente de EE.UU. quiere tomar medidas más duras antes de las presidenciales y están trabajando para prohibir el software y el hardware de los coches que lleguen desde China con servicios conectados. ¿Es una medida acertada? Controvertida como poco, proteccionista sin duda, pero veamos en qué consta.
La razón principal detrás de esta prohibición es la seguridad nacional, una tradición ya entre el ejecutivo norteamericano. Según la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, los adversarios extranjeros podrían usar el software para espiar, controlar remotamente los vehículos, o incluso bloquear carreteras, creando un caos a gran escala. ¿Ciencia ficción este pensamiento? Puede que no tanto.
EE.UU. busca bloquear el software y hardware de los coches que lleguen desde China
Este escenario, que ha sido retratado en películas, no es solo ficción: en 2021, China prohibió los vehículos Tesla en sus bases militares debido a preocupaciones sobre la recolección de datos. Es decir, realmente EE.UU. está menos paranoica de lo que parece y es algo más general en otros países.
Las preocupaciones sobre la recopilación de datos son infundadas. Se descubrió que los empleados de Tesla compartían imágenes y vídeos tomados por los vehículos de los clientes. Además, General Motors fue sorprendida vendiendo datos de sus usuarios de OnStar a intermediarios, lo que llevó a un aumento en las tarifas de seguros. Aunque GM se comprometió a no vender más datos de esa forma, este tipo de prácticas resalta la creciente problemática de la privacidad en la industria automovilística conectada. Y la europea, coreana o japonesa no se queda atrás.
Además de los motivos de seguridad, la medida también tiene una faceta económica. China ha estado subsidiando generosamente a sus fabricantes de automóviles, lo que les permite vender vehículos en el extranjero a precios muy bajos, lo que afecta la competitividad de los fabricantes estadounidenses. Lael Brainard, asesora económica de la Casa Blanca, señaló que esta situación recuerda a la crisis manufacturera que vivió Estados Unidos a principios de la década de 2000 debido a la sobrecapacidad de China en otros sectores.
México entra en escena en la guerra EE.UU. vs China
El Congreso ha estado presionando para que se prohíba la llegada de vehículos eléctricos chinos, y Estados Unidos también ha buscado disuadir a México de atraer fabricantes chinos. Esta nueva medida, que afectaría tanto a hardware como software de automóviles chinos, podría prohibir de facto la venta de la mayoría de los vehículos de origen chino en Estados Unidos a partir del 2027 para software y 2030 para hardware, aunque las empresas podrán solicitar excepciones.
Sin embargo, dado el carácter global de las cadenas de suministro, otros fabricantes internacionales también podrían verse afectados. Según John Bozzella, presidente de la Alianza para la Innovación Automotriz, cambiar rápidamente de proveedores de tecnología no es sencillo, ya que la cadena de suministro de automóviles conectados es extremadamente compleja y global. Aunque el plazo establecido por la norma propuesta permitirá que algunos fabricantes se adapten, otros podrían necesitar más tiempo para encontrar proveedores alternativos fuera de China.
La prohibición de vehículos chinos responde tanto a cuestiones de seguridad nacional como a una estrategia para equilibrar la competencia en el mercado automovilístico global. Aunque la medida está diseñada para proteger a los consumidores y la industria estadounidense, la transición será desafiante debido a la interconexión de las cadenas de suministro internacionales.
Entre tanto, Europa se hunde en uno de los sectores donde éramos fuertes por unas políticas de emisiones y gestión de tiempo y recursos absurdas, donde estamos dejando entrar al coche chino y los aranceles parecen no verse con buen ojo. ¿Hay que ponerlos en nuestras fronteras como va a hacer EE.UU.? ¿Prohibir hardware y software de los de Xi Jinping para que no vendan nuestros datos sin control es una buena solución para obligar a los fabricantes a salir de China? Tema complejo como poco que veremos cómo se resuelve.