China le está quitando la energía a EE.UU. con sus empresas de minería de Bitcoin, ¿el nuevo presidente terminará con ellas o las impulsará?

China fue durante años el epicentro mundial de las criptomonedas gracias a su energía barata y a un marco regulatorio que permitió el crecimiento masivo de la minería de cripto. A pesar de restricciones previas, en 2019 el presidente Xi Jinping promovió el uso de la tecnología blockchain para garantizar sistemas de datos seguros, impulsando la investigación en ese campo. En su apogeo, en 2021, China concentraba el 70% de la minería de criptomonedas. A partir de 2021 China expulsó a las empresas, y estas terminaron en Kazajistán y finalmente en EE.UU. a la cual le están quitando la energía de forma muy abrupta para minar Bitcoin, además, desde empresas chinas. ¿Se va a acabar la minería en EE.UU. o la van a potenciar todavía más?

La prohibición de China provocó un éxodo de mineros a otros países, como el citado Kazajistán, pero a los pocos meses provocó apagones y una crisis energética, lo que forzó al gobierno a aislar a los mineros y a prohibirlos. La siguiente parada fue Estados Unidos, que se convirtió en el principal centro de minería de criptomonedas, alcanzando el 40% del hashrate mundial y ahora están con los mismos problemas.

EE.UU. dejó aterrizar a las empresas chinas de minería de Bitcoin, y les está “quitando” la energía a marchas forzadas

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El consumo masivo de energía ha generado rechazo entre las comunidades locales de EE.UU. Algunas de las empresas mineras chinas, como Bit Mining, se han instalado en ciudades como Akron, Ohio, y zonas rurales con electricidad asequible. Sin embargo, el impacto ambiental y el uso desproporcionado de recursos han generado resistencia entre los vecinos, quienes denuncian los altos niveles de ruido y el aumento en los costes de la luz.

Jeremy Fisher, del Sierra Club, advierte que el consumo energético de las criptomonedas es alarmante, ya que instalaciones como la de Riot Platforms en Texas utilizan 450 megavatios, suficientes para alimentar a 300.000 hogares. Además, ocupan una gran extensión de terreno y las granjas apenas necesitan personal. En un momento de crisis climática, en el que se busca aumentar el uso de energía renovable y reducir el consumo de combustibles fósiles, la minería de criptomonedas parece ir en la dirección contraria, afirma Fisher.

La resistencia a la minería ha crecido a nivel local en varias partes de Estados Unidos, donde los residentes han formado coaliciones y campañas contra estas instalaciones. En Arkansas, por ejemplo, una madre denunció que el ruido constante afectaba a su hijo autista.

Los residentes de Akron y otras ciudades también han mostrado su preocupación por el impacto ambiental y económico, pues consideran que estas operaciones no aportan suficientes empleos para justificar su alto costo energético y las emisiones de CO₂, que equivalen a las de dos centrales eléctricas de gas, si no más.

Ya existe un lobby del Bitcoin que está presionando, hasta el punto de que Trump ha cambiado de opinión para estas presidenciales

Mineria de Bitcoin en Greenidge Generation

A pesar de la oposición, el lobby del bitcoin está ganando fuerza en Estados Unidos. Empresas tecnológicas e inversores en criptomonedas han presionado con éxito para bloquear las regulaciones a nivel estatal y federal. En California, por ejemplo, el gobernador Gavin Newsom vetó un proyecto de ley que habría establecido un marco regulador para las criptomonedas, influenciado por la presión del sector. A nivel nacional, el lobby del bitcoin ha gastado más de 20 millones de dólares para evitar la supervisión federal.

Mientras tanto, el aumento de las operaciones mineras chinas en Estados Unidos ha llamado la atención de la Administración Biden, que en mayo de 2021 ordenó a una empresa minera vender sus instalaciones cerca de una base militar en Wyoming por preocupaciones de seguridad. Este es otro punto de tensión en la relación económica entre Estados Unidos y China, ya que China parece estar siempre un paso por delante en sectores clave como la producción de chips y vehículos eléctricos.

China expulsó a los mineros y sus empresas de su país, los cuales han terminado en EE.UU. haciéndole un roto en el sector energético, donde los cortes de luz no paran de suceder en ciertos estados, donde ya se compite entre la minería de Bitcoin y la IA por la energía, lo cual no es sostenible en estos momentos. ¿El futuro presidente de EE.UU. atacará o aplaudirá a estas empresas de China en suelo de EE.UU. consumiendo energía sin reportar apenas beneficios al país? ¿Quién ganará la batalla energética, la IA o la criptominería?