Tras la crisis, Intel entra en la fase de enfado: «Fuimos demasiado optimistas, algunas decisiones se han demorado demasiado»
Las cinco fases del duelo que todos en alguna ocasión hemos tenido que pasar, una tras otra, sin opción a saltarlas. Intel está en crisis, aunque no lo reconozca, y esto lo saben desde hace más de un mes, donde ya vieron que las previsiones de ingresos no iban como se esperaba. Tras la crisis llegó la negación, algo que en parte seguimos viendo con los Core 13 y Core 14, pero hoy Pat Gelsinger ha dado un paso adelante, más rápido de lo esperado, pero ha pasado al enfado, en concreto consigo mismo, algo que pagarán los empleados de Intel también a modo de recortes variados.
La negación ha durado poco, eso es cierto. Los resultados son duros, los problemas se acumulan y no parece haber salida como tal, al menos de momento. La fase ha sido resuelta rápidamente porque internamente los datos ya se sabían, pero en esta tercera fase del duelo, la del enfado, está resultando curiosamente perjudicial para los empleados, puesto que Intel les va a recortar ciertas cosas, ciertos privilegios, para, en teoría, ser más competitivos.
Pat Gelsinger entona el mea culpa y habla claro de la situación de Intel
Los datos que anticipaba Intel no se cumplieron y la compañía quedó bastante por detrás de sus rivales, así que como vimos, los ajustes se iban a dar en el seno de los azules. Finalmente, 15.000 empleos se van al garete y además Intel recortará 10.000 millones de dólares en gastos, donde tras esto Pat Gelsinger entonó el mea culpa:
"He demorado demasiado algunas de las decisiones difíciles que debemos tomar. El entusiasmo por la estrategia de recuperación afectó a nuestros pensamientos y juzgamos mal la rapidez con la que mejorarían las ventas y nuestra tecnología".
David Zinsner, director financiero, fue más allá diciendo que fueron demasiado optimistas con los ingresos y que debieron tener una mejor idea de cómo iba a evolucionar el negocio este año.
Como parte del recorte de gasto, Intel va a eliminar 1 de cada 7 puestos de empleo, o lo que es igual, va a liberar masa salarial dentro de estos recortes para cumplir con esos 15.000 despidos, algo que no ha gustado a Gelsinger, y así se lo transmitió a sus empleados.
“No me siento bien hoy. He sufrido mucho por este día durante las últimas tres o cuatro semanas. Muchas noches me despierto a las 2 de la mañana porque sé que lo que hacemos y cómo los estamos afectando a ustedes y a sus familias es importante”.
Los recortes de Intel a sus empleados no terminan ahí, y no serán equitativos
Intel fue un poco más explícita de lo normal y dijo que la cantidad de pérdidas de empleos variará según el departamento y en función de cómo se comporte cada unidad de negocios en esta industria. Pero a los que se quedan, también tendrán repercusión en lo negativo, ya que la cantidad de beneficios que Intel les aportaba caerá:
- Intel dijo que está reduciendo el valor de un programa de compra de acciones para empleados, restringiendo cuándo los empleados compran acciones a través del programa y reduciendo así el valor del descuento.
- Intel está eliminando el año sabático que ofrecía a sus empleados después de cuatro años en la empresa y reduciendo la duración de su año sabático del séptimo año a la mitad, a cuatro semanas.
- Intel ya no proporcionará frutas y bebidas gratuitas a sus empleados, y no tendrá entrenadores físicos en sus gimnasios.
- La empresa ha dejado en tierra de forma permanente el Intel Air Shuttle, que transporta trabajadores entre sus principales instalaciones en Hillsboro, Silicon Valley y Arizona.
Al saber esto, sobre todo el desempeño de Intel Air Shuttle, muchos empleados se contrariaron al perder estas ventajas. Christy Pambianchi quiso quitar hierro a este asunto como directora de personal y dijo que "realmente no estamos en una situación en la que podamos seguir ofreciendo beneficios y programas que están por encima de las prácticas del mercado”
Para rematar el golpe a los empleados, Pat Gelsinger siguió con su enfado personal diciendo que "los costos son demasiado altos, nuestros márgenes son demasiado bajos. Necesitamos tomar medidas más audaces para abordar ambos problemas, y no hemos visto que nuestros ingresos crezcan como hubiéramos esperado”.
En definitiva, Intel no puede seguir gastando de la manera en la que lo ha hecho. La crisis ha golpeado al gigante azul, pero Zinsner es algo optimista en medio de toda la lluvia de críticas diciendo que todas estas medidas fueron necesarias para garantizar el futuro. Veremos si esto es así o están dando palos de ciego como con sus Core 13 y Core 14.