España quiere promover el uso de los coches eléctricos, pero el robo de cobre de los cargadores se convierte en un obstáculo
Los coches eléctricos aportan una serie de beneficios respecto a los que emplean combustibles fósiles, tales como una menor contaminación, un menor ruido y el añadido de una serie de tecnologías. Si bien los países como España promocionan el uso de vehículos eléctricos, se requiere una infraestructura competente que ofrezca puntos de carga en varias regiones del país para poder hacer que esto sea una realidad. España incrementó el número de sitios de carga de coches eléctricos superando los 30.000 en todo el país, pero por desgracia los ladrones de cobre vuelven a hacer de las suyas y los cargadores de coches eléctricos son un nuevo objetivo de robo.
El cobre se emplea en toda la industria, en decenas de sectores distintos y hasta nuestros medios de transporte requieren de este preciado material. El cobre se trata de un metal cuyo precio es considerablemente más caro que otros como el aluminio y en el sector de la informática lo conocemos principalmente por ofrecer una mejor disipación de calor. De hecho, es importante tener en cuenta una base de cobre (niquelado normalmente) en los disipadores de aire y como no, en los radiadores de las AIO líquidas.
La última tendencia de robo de cobre por parte de los delincuentes tiene objetivo las mangueras de los cargadores de coches eléctricos
El cobre tiene muchos más usos y es fundamental en nuestra sociedad, además de ser bastante caro. El año pasado una tonelada de cobre costaba alrededor de unos 7.700 euros, mientras que en mayo de 2024 alcanzó una subida de precio considerable elevándose hasta los 9.400 euros/10.000 dólares. No es extraño escuchar o leer noticias de delincuentes que se encargan de robar ingentes cantidades de este material para venderlo y hacer negocio con él. De hecho, se estima que hay un robo de cobre en España cada hora. Ahora quizá se haya incrementado el ritmo de los robos, debido a que se han detectado casos de ladrones que van detrás del cobre que hay en los cargadores de coches eléctricos.
Estos ofrecen una especie de manguera/tubo como los de gasolina y gasoil, solo que lo enchufamos al puerto del coche eléctrico. Estas mangueras tienen suficiente cobre en su interior para que el delincuente obtenga entre 15 y 20 euros por unidad y teniendo en cuenta que hay varias máquinas de carga en cada estación, podemos ver el negocio que tienen entre manos.
Obtienen entre 15-20 euros por cada manguera, pero el coste de reparación asciende hasta los 3.000 euros
Esto, por supuesto, resulta un gran problema para la expansión y proliferación del coche eléctrico en España. Aunque actualmente contamos con 30.385 cargadores distribuidos en todos los puntos de carga del país, nos encontramos en el puesto número 7 de Europa. Países como Francia, disponen de 119.255 cargadores, aunque a su vez, estamos bastante por delante de otros países como Portugal, que se encuentra en décima posición. Un cargador de coche eléctrico potente de 400 amperios puede llegar a entregar hasta 15 kg de cobre y teniendo en cuenta que los delincuentes lo venden por unos 7 euros el kg, esto nos da un total de 105 euros en un cálculo rápido.
Eso sí, hablamos de los cargadores más potentes al completo con 4-6 mangueras, pues la mayoría de casos de robo han sido cargadores que tenían un par. Si tenemos en cuenta que la reparación de estos tubos puede llegar a costar hasta 3.000 euros sumado al hecho de que perdemos la capacidad de cargar el coche, ya nos hacemos una idea de lo perjudicial que es esta práctica. Según indican, con una cizalla o una sierra un delincuente puede llevarse estos tubos y además el cable no tiene tensión hasta que inicia la carga, por lo que no hay peligro de electrocución. En cuanto a las soluciones, se plantea reforzar la vigilancia en estas estaciones o instalar cables con mayor protección, pero esto aumentaría el coste y el peso.