Crean la primera fibra de carbono con doble uso: estructura y batería al mismo tiempo para portátiles y móviles
El mundo de las baterías sigue buscando una forma de conseguir almacenar energía de distintas formas y, a ser posible, con un coste muy bajo. El caso de hoy no será barato, pero sí que representa algo novedoso para la industria que puede cambiar, de implementarse, la concepción de móviles y portátiles. Y es que desde Suecia han creado la primera fibra de carbono que es capaz de ser batería al mismo tiempo. ¿Veremos portátiles ultrabook y móviles slim de este material sin batería tradicional?
El término que estamos buscando para definir el concepto es simple: batería estructural. Es decir, se escoge la fibra de carbono para crear la estructura del producto, la cual y al mismo tiempo, es capaz de ser una batería de electrodos común. Las posibilidades son tan grandes que de seguir mejorando, podría hacer caer el precio de la fibra de carbono a unos niveles impensables a día de hoy.
La fibra de carbono usada como estructura y batería al mismo tiempo
La startup Sinonus lleva trabajando bastantes años en este concepto y mejorándolo, por lo que estamos cerca de una versión final que realmente pueda ser un paso adelante en ciertos sectores, sino en todos los que tengan que ver con la energía y su necesidad de almacenamiento. Junto con los científicos de la Universidad Tecnológica de Chalmers han estado explorando una alternativa interesante a lo que tenemos en el mercado para almacenar energía.
El primer prototipo se denominó batería "sin masa", es decir, es un compuesto que almacena la energía y al mismo tiempo es un componente estructural del producto, de ahí el término batería estructural.
Desde 2018 trabajaron con una forma de fibra de carbono que mediante una disposición concreta de los cristales ofrecía rigidez y al mismo tiempo permitía que en su estructura se almacenase energía. La densidad de energía que puede almacenar actualmente es de 24 Wh/kg, más o menos entre un 20% y un 25% de lo que pueden almacenar a misma área total una batería de litio normal, así que no está nada mal.
Además, se está trabajando en una nueva generación de fibra de carbono inteligente capaz de servir como electrodos de una batería integrada. Lógicamente, las opciones que se abren para cientos de mercados son increíbles.
Portátiles, móviles, relojes, tablets o incluso auriculares, nada es imposible
Solo hay que entender que ya se puede usar la fibra de carbono como la estructura de un portátil o de unos auriculares inalámbricos y que además, esta misma fibra es la batería de esos dispositivos. La cantidad de peso y espacio que se pueden ahorrar las empresas es brutal, así como cambiar grosores o repartos de componentes de manera totalmente distinta, ganando de paso rigidez.
Pero no nos quedemos ahí, vayámonos a otros sectores fuera del nuestro: molinos eólicos con aspas de fibra que almacenan su energía, coches con una mayor rigidez en su chasis donde se prescinde de las baterías tradicionales por dicho componente estructural, aviones que pueden usar sus alas de fibra de carbono como batería para mover sus motores, y así un sin fin de ideas que podrían hacerse realidad si el material y sus derivados se comercializasen a gran escala.
De hecho, un estudio de Chalmers afirma que las baterías estructurales de fibra de carbono tenían el potencial de aumentar la autonomía de los vehículos eléctricos en hasta un 70%. Aunque tenga menos densidad de energía por ahora, en un coche eso tiene unas ventajas en la actualidad. La primera es eliminar sustancias químicas volátiles y la concentración de toda la energía en un solo punto como son las actuales baterías, las cuales si arden son tremendamente complicadas de apagar.
Eso no pasaría con las baterías de fibra de carbono estructural, donde las únicas desventajas por ahora son su densidad y precio. Si solucionan lo primero y lo comercializan bien, lo segundo es cuestión de tiempo que termine solucionándose. Imaginemos portátiles de fibra de carbono, con buena autonomía, más livianos, más duros, más finos, y lo mismo con los móviles, con auriculares o relojes inteligentes. Sin duda, parece que están en el camino correcto y ojalá consigan más densidad para acercarse a las baterías tradicionales.