Intel Arrow Lake-S y sus Core Ultra 200 se adelantan y traerán un nuevo controlador de memoria DDR5-6400

En menos de un mes hemos visto dos rumores distintos sobre la fecha de llegada de los procesadores Intel Arrow Lake-S. En primer lugar, se dijo que podrían llegar a finales del Q3 de este año, para luego informar de un retraso que los llevaría al Q4, pero más cercanos a finales de noviembre o principios de diciembre. Pues bien, hoy tenemos la primera información oficial que llega por parte de MSI y el overclocker profesional TOPPC, los cuales en un evento de la marca han desvelado la fecha de Arrow Lake-S y sus Core Ultra 200, así como el nuevo IMC DDR5-6400.

Según se ha visto en los foros de Chiphell hubo un evento a puerta cerrada de MSI denominado como Dragon Shield "Wuhan", donde MSI quiso ofrecer algunos datos a sus socios e inversores con lo que está por venir por parte de Intel. Como era de esperar, no hubo muchos detalles de la arquitectura por motivos obvios de NDA, pero el overclocker dejó algunas perlas interesantes, no sabemos si porque tenía permiso o porque se le escaparon.

Intel Arrow Lake-S: fecha adelantada y nuevo IMC para DDR5-6400

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Son las dos principales novedades tras rumores y más rumores, así que ya se acabaron aquí por suerte. Yendo con la fecha de lanzamiento, ni que decir tiene que se especuló con retrasos por parte de TSMC y su nodo N3B, del cual, también hay que hablar realmente.

Y es que vuelven los temores por el rendimiento de este proceso litográfico, que recordemos, parte del N3 original que fue desechado por TSMC por sus grandes fugas de energía y bajo desempeño. Pues bien, será un nodo de 1ª generación de los de Taiwán, muy barato, pero poco óptimo si lo que se busca es el mejor rendimiento.

Como Intel va a usarlo en la iGPU de Arrow Lake-S, siendo esta Alchemist y no buscando realmente el mejor rendimiento a modo de APU, sino ser competitivos en precio frente a AMD, esto no debería ser un problema para dar un salto de rendimiento en gráficos integrados sin comprometer el balance y ratio que más buscan los usuarios y que, ahora sí, Intel podrá poner en juego frente a su gran rival.

El nuevo controlador de memoria tiene mucho que ver con la nueva iGPU Alchemist

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Lógicamente, si el nodo no es tan bueno con el N3E que está saliendo de las FAB en estos momentos, si la iGPU se va a ver lastrada en cierta medida (al menos en densidad de transistores, frecuencia y consumo) por este veterano y barato N3B, ¿cómo puede Intel compensar parte de este problema desde su lado?

Con un nuevo controlador de memoria, un nuevo IMC que suba el listón, en concreto, a DDR5-6400. Partiendo de los 5.600 MHz como base oficial y en JEDEC, Intel subirá un peldaño la velocidad de su controlador de memoria para llevar ese mínimo de frecuencia hasta los 6.400 MHz, lo que supone un incremento de rendimiento del 14,28% en el ancho de banda.

Siendo una velocidad totalmente normal y soportada de sobra por cualquier IMC actual de Alder Lake o Raptor Lake, sabiendo que los récords de overclock ahora mismo superan los 11.000 MHz, podríamos estar mucho más cerca de los 8.800 MHz que vimos por parte del propio JEDEC como base para los futuros procesadores.

En cualquier caso, no será antes de 2025, y con un poco de suerte, pero Intel está empeñada en lograrlo en primer lugar, pero, ¿por qué? Pues principalmente porque la memoria sigue siendo el principal cuello de botella para la CPU y GPU, además, en este caso, también la iGPU.

Aumentar ese 14,28% el ancho de banda (a misma o menor latencia general) supone un incremento de rendimiento importante para estos tres componentes, sobre todo de cara a la iGPU Alchemist, totalmente dependiente de la memoria DDR5 como pasa en el caso de las APU de AMD. ¿Compensa el déficit que impone el nodo N3B? En parte seguro que sí, pero no habrá magia pese al buen salto de rendimiento en gráficos integrados que se espera.