El Departamento de Justicia y 16 fiscales en EE.UU. demandan a Apple por prácticas ilegales con los iPhone
El Departamento de Justicia de EE.UU., junto con 16 fiscales generales estatales y de distrito, ha presentado una demanda antimonopolio contra Apple esta semana, acusando a la empresa de prácticas ilegales en el mercado de los smartphones. Esta demanda, que ha estado gestándose durante años, aborda diversas políticas que, según el Departamento de Justicia, perjudican a los desarrolladores y reducen la interoperabilidad con otras plataformas. Pero, ¿de qué se les acusa exactamente? La demanda hacia Apple tiene 5 puntos y el más importante son las teóricas prácticas ilegales que tienen que ver con los iPhone.
La demanda, de nada menos que 88 páginas, destaca varias políticas de Apple que han sido objeto de controversia en los últimos años. Por ejemplo, se menciona entre otras cosas la prohibición de aplicaciones para servicios de juegos en la nube como GeForce NOW o Xbox Cloud Gaming, que solo podían eludirse a través de portales web. También se señala la negativa de Apple a permitir su servicio iMessage en dispositivos Android, o a que su hardware, como sus relojes, sean usados en el SO de Google, lo que ha generado críticas de múltiples empresas.
Apple en la cuerda floja: la acusan de explotar sistemáticamente su propio poder de mercado con prácticas ilegales con los iPhone y otro hardware
El Departamento de Justicia invoca cinco puntos clave de los que no quitaremos ni una sola coma por la importancia y claridad de los mismos:
- La prevención de las “súper aplicaciones innovadoras”: Apple obstaculizó sistemáticamente el crecimiento de las aplicaciones que facilitarían a los usuarios cambiar del ecosistema de Apple a otro.
- La supresión de los servicios de streaming en la nube: se bloqueó el desarrollo de aplicaciones que permitieran a los usuarios reproducir contenidos de alta calidad, como juegos en el dispositivo, sin tener que comprar hardware caro.
- La exclusión de la mensajería multiplataforma: Apple ha empeorado la calidad de los mensajes multiplataforma, haciéndola menos innovadora y más insegura, empujando así a sus propios clientes a seguir comprando iPhones.
- Restringir la funcionalidad de los relojes inteligentes de terceros: los propietarios de un iPhone no sólo se ven obligados a comprar un Apple Watch, sino que esta decisión también les impide cambiar más adelante de iPhone a Android porque el Apple Watch ya no funcionaría.
- Restringir las wallets de terceros: Apple ha impedido que los proveedores externos ofrezcan aplicaciones de Tap to Pay, lo que haría posibles las wallets digitales multiplataforma. En cambio, los iPhone sólo tienen Apple Pay.
Todo es un tsunami difícil de parar que se une a otras "olas" con la UE
Apple tiene abiertos dos de los principales frentes en el mercado, y en China además no les va tan bien como esperaban a principios de año. A esto se le suma otro punto de conflicto mencionado en la demanda es la norma de Apple contra motores de navegadores web de terceros, que impide a las empresas ofrecer servicios a través de sitios web móviles en lugar de aplicaciones.
Aunque como vimos, Apple rescindió esta política en la UE, ha enfrentado críticas de empresas competidoras como Mozilla. La última actualización de iOS abordó esto, así que parece que los de Tim Cook tienen que ir resolviendo todo paso a paso, pero cuando lo hacen, les viene un nuevo golpe.
Apple ha prometido defenderse de la demanda, afirmando que tergiversa los hechos y la ley. Sin embargo, aún no está claro cuánto tiempo durará el caso contra Apple, que forma parte de una investigación antimonopolio más amplia iniciada por el Departamento de Justicia en 2019, así que ya ha llovido realmente.
Parece que EE.UU. está siguiendo por primera vez la estela de la UE y quiere frenar las prácticas de su gigante, el cual ya no es la empresa más grande del mundo y está de clara capa caída. ¿Traspiés o comienzo de un colapso en Apple? Todo lo que sube, tiene que bajar, lo difícil es remontar el vuelo. Veremos cómo queda esto tras 5 años de investigación abierta.