Ryzen 7 8700G con Delid: un 17% más rápido y 25ºC más fresco

La APU AMD Ryzen 7 8700G ha cobrado mucho protagonismo tras su lanzamiento, y más tras ver de lo que es capaz de hacer tras un Delid. Esta APU llamó rápidamente la atención por ser la primera CPU de sobremesa que integra unos gráficos integrados capaz de plantar cara a una tarjeta gráfica dedicada de gama baja. En concreto, hablamos de competir de forma directa con una NVIDIA GeForce GTX 1650.

Para alcanzar este rendimiento, hablamos de una iGPU ya muy conocida, la AMD Radeon 780M. Es decir, la misma iGPU utilizada en populares consolas portátiles como la ASUS ROG Ally. La ventaja en una APU de sobremesa, es que se puede desbloquear el consumo energético. Si a ello le sumamos que se puede refrigerar de una forma más eficiente, y que se le puede hacer overclock, pues obtenemos un producto que puede mejorar aún más su rendimiento tanto a nivel de CPU como de iGPU.

El AMD Ryzen 7 8700G con overclock y Delid impresiona en rendimiento y temperaturas

AMD Ryzen 7 8700G metal liquido

Ya habíamos visto a esta APU con overclock, y los datos impresionaban. Pero claro, ahora la cosa únicamente mejora con el Delid. En concreto, el Delid implica que al AMD Ryzen 7 8700G se le ha retirado el encapsulado. AMD abarató costes con estas APU. Esto se traduce que entre el chip y el encapsulado (IHS) hay un compuesto térmico en vez de una soldadura. De esta forma, al retirar el IHS, han sustituido un compuesto térmico convencional por un compuesto de metal líquido. A la par, este nuevo compuesto con mayor conductividad maximiza la transferencia de calor evitando que el chip retenga este calor.

Una de las pruebas realizadas por el overclocker alemán Der8auer, se realizó colocando el thermal pad de grafeno Thermal Grizzly KryoSheet que ya analizamos por aquí. Este se colocó entre el propio chip y el encapsulado.

Con los 8 núcleos del AMD Ryzen 7 8700G overclockeados a 5,00 GHz, y corriendo Cinebench R23, esta CPU pasó de moverse sobre los 86ºC hasta unos 73ºC de media. Ahora bien, cuando se usó el metal líquido de la misma compañía, el Conductonaut Extreme, estas temperaturas bajaron hasta rondar los 62 o 63ºC. Es decir, que hablamos de haber reducido en hasta 25ºC las temperaturas originales de la APU. Y todo ello por el simple hecho de cambiar la pasta térmica de fábrica por el metal líquido.

temperatura AMD Ryzen 7 8700G encapsulado, sin IHS y metal liquido

De esta forma no solo estamos hablando de funcionar 20ºC más fresco, sino que también en Cinebench R23 arrojó un rendimiento de hasta un 17% más alto respecto a las frecuencias de fábrica de la APU. Por lo que con el Delid no solo consigues temperaturas más bajas que las que ofrece la APU de fábrica, sino también más rendimiento gracias al overclocking.

El único problema de esta APU es el más importante: su precio

Así es, el Delid sale muy rentable en AMD Ryzen 7 8700G, pero esta APU ronda un precio de 365 euros. Este precio es muy elevado para una APU de sobremesa. Si bien la iGPU es muy buena, a la hora de la verdad, una AMD Radeon 780M se queda corta para cualquier juego a 1080p a calidades gráficas decentes. Una NVIDIA GeForce GTX 1650 se puede encontrar por unos 135 euros. Por otro lado, el Ryzen 7 5700X3D ronda los 280 euros.

Es evidente que este precio se ha puesto con lupa para justificar su compra respecto a lo que se puede encontrar hoy en día en el mercado. Ahora bien, por 270 euros tienes una Intel Arc A750. A día de hoy es más rápida que una GeForce RTX 3060 (+130% de rendimiento que la iGPU). Por 240 euros tienes un Ryzen 5 7600X. Así que por 145 euros más ya se tiene un ordenador que sí se podría considerar gaming.

Así que claro, si no hay dinero, estás obligado a comprar esa APU y ya en el futuro comprar una GPU. El futuro pasa porque el mercado de las GPU de gama de entrada y gama baja desaparezca.