Solo el 8% de los americanos estaría dispuesto a implantarse un chip cerebral como el de Elon Musk, ¿fracasará Neuralink?
La semana pasada Elon Musk lanzó la noticia sobre su empresa, Neuralink, y sobre el primer implante con éxito de un chip en un cerebro humano. La noticia corrió como la pólvora sin duda, dada la importancia que tiene y lo que se puede llegar a hacer, era lógico, pero más allá de la curiosidad y el morbo por saber más, ¿qué hay de real para la gente de a pie con esta tecnología? Pues una encuesta a pie de calle en EE.UU. pone de relieve que de hacerse fácilmente y ser económica, ¿cómo de atrayente es esta tecnología que puede cambiar el mundo? ¿Son los chips cerebrales queridos y pretendidos por la gente en EE.UU. según esta encuesta?
A pie de calle se puede valorar un poco mejor cómo de candente está un tema en concreto y qué opinión tiene la gente común sobre algo tan delicado como chips en el cerebro. Las instituciones estadounidenses querían saber la opinión de las personas, y de ahí esta encuesta que no deja muy bien parada a la empresa de Elon Musk.
Los americanos rechazan de lleno los chips cerebrales de Neuralink
Al menos eso es lo que arroja la encuesta. Las instituciones americanas afirmaron tras terminarla que el 82% de los encuestados estaban en contra de las interfaces cerebrales, es decir, la conexión entre chip y cerebro.
Dicha encuesta tuvo lugar durante tres días, desde el 30 de enero hasta el 1 de febrero y fueron entrevistadas a pie de calle más de 1.000 personas, así que el sesgo es importante para sacar una media y unas conclusiones primigenias. Dicho esto, los encuestados dijeron que si la tecnología de Elon Musk pasaba el corte de experimento a algo más seguro y entraba dentro de una etapa comercial como producto de venta al público, solo un 8% de las personas dijo que estaría dispuesto a hacerse una cirugía para implementárselo en su cerebro.
Otro 82% rechazó de pleno la idea y dijo no aceptar de ninguna manera esta tecnología, lo cual siendo EE.UU. es un porcentaje realmente alto, puesto que la gente en dicho país está normalmente abierta a las novedades tecnológicas. Por último, el 10% restante no lo tenía nada claro y se mostraron dubitativos.
De ser segura esta tecnología de chip cerebrales, ¿lo comprarían?
Imaginemos que todo el tema de la cirugía no fuese un problema, que no fuese necesario y que simplemente necesitaríamos un chip que podríamos ponernos en la cabeza de alguna manera para interactuar con nuestro cerebro. Ese supuesto fue preguntado a los encuestados con el objetivo de que respondiesen a la siguiente pregunta, ¿comprarías entonces el chip?
La respuesta fue abrumadora: solo el 5% de estos dijo que sí, que valoraría seriamente su compra. El 95% restante dijo que no, no sería algo que comprarían y no tienen interés, al menos, en el próximo año. Por si fuese poco, se vieron pautas claras a la hora de responder a las preguntas.
Por ejemplo, que los lectores de novelas de ciencia ficción tienen una mejor aceptación a la tecnología de chips cerebrales y su implementación, algo que en parte sorprende, porque se relaciona interés en esta tecnología con ciencia ficción, lo cual debería de no darse, ya que el usuario tendría que discernir entre los dos escenarios.
Sea como fuere, Musk presentará los datos y avances con su primer chip cerebral implantado en pocas semanas, aunque deslizó que todo iba como se esperaba. ¿Es esta tecnología de chip cerebrales el principio del final de la privacidad humana y de un control total social, económico y de opinión en el futuro?
¿Serías capaz de implementarte un chip si te lo venden como una tecnología donde podrás hacer mil cosas, de manera más rápida, más accesible y mejor conectado que un smartphone?