NVIDIA G-SYNC Pulsar: la tecnología más revolucionaria para el gaming mezclará VRR y ULMB2 mejorando la fluidez y claridad en juegos
Hasta ahora, NVIDIA ha dado pequeños pasos durante los últimos 11 años desde que presentó su tecnología G-SYNC original. Las evoluciones son lentas, porque requieren parte de hardware de la compañía, parte de otros estándares anexos y la colaboración de los fabricantes de monitores. Por ello, y debutando en el CES 2024, los verdes han presentado G-SYNC Pulsar, la última innovación para monitores gaming que promete dos cosas: la mejor fluidez y la mejor claridad en tus juegos, pero, ¿cómo lo hace? ¿Es tan revolucionaria como afirma NVIDIA?
Los de Jensen Huang afirman que es la próxima evolución de los juegos, argumentando para ello que esta tecnología es un nuevo estándar para todos, jugadores ocasionales o profesionales, en cuanto a claridad y fidelidad visual. Sin duda, responde a los ruegos de muchos, entre los que me incluyo como jugador, al tener que seleccionar y elegir una de las dos principales tecnologías que están vigentes en estos momentos.
G-SYNC Pulsar, por fin VRR y ULMB2 se unen para lanzar la tecnología definitiva en gaming
Pues sí, el titular es muy rimbombante y muy definitorio al mismo tiempo, pero lo es porque lo que ha mostrado NVIDIA termina con un plumazo con los tres problemas que sufríamos antes de 2012 y que hemos arrastrado más de 11 años, que se dice pronto.
Se acabó el tearing, se acabó el stuttering y ahora se acaba la poca claridad y nitidez visual. La pregunta que queda es la que hacíamos al principio del artículo, ¿cómo lo hace?
Pues une VRR mediante su actualización de la frecuencia variable, ahora por hardware, junto con la tecnología Ultra Low Motion Blur (ULMB en su segunda versión), lo cual antes era imposible.
Alguien podrá pensar que con un Variable Overdrive esto estaba parcialmente solucionado, y es parcialmente cierto, pero sincronizar la frecuencia de actualización del monitor con los FPS y hacerlo de forma dinámica no va ligado a la transición del cambio de color en los píxeles, por lo que o se elegía VRR, o se elegía ULMB (o las tecnologías propietarias de los fabricantes de paneles y de monitores, al caso es lo mismo, son técnicas estroboscópicas), pero no se podía seleccionar ambas.
G-SYNC Pulsar cambia esto, ya que une la fluidez de sincronizar los FPS con la tasa de actualización del monitor y al mismo tiempo sincroniza la velocidad del cambio de los píxeles del panel, consiguiendo lo mejor de los dos mundos.
Un algoritmo totalmente novedosos que va unido al hardware
Es la cuadratura del círculo. Todo se hace mediante un algoritmo con una función muy específica que permite ajustar dinámicamente los patrones estroboscópicos a diferentes velocidades de renderizado desde la GPU.
Para ello, y respondiendo a la pregunta vital, G-SYNC Pulsar modula el overdrive según la ubicación donde esté trabajando la pantalla en ese preciso milisegundo, sincronizando a este con la frecuencia de actualización del panel. Esto, según NVIDIA, garantiza la mayor claridad y la mayor reducción del desenfoque de movimiento mientras se mantiene la velocidad sincronizada en el panel.
Pero va todavía más allá, y tiene mucho sentido. G-SYNC Pulsar garantiza que haya un control inteligente del brillo y la duración del pulso entre cambio de píxeles. El problema que surgiría de no hacer esto es que se crearía flickering por lo anteriormente comentado, así que NVIDIA ha conseguido lo que hace unos años era ciencia ficción en monitores.
Puede que no tengas que comprar nuevo monitor ni GPU
Por lo tanto, se sincroniza el overdrive, la frecuencia de actualización del panel, el brillo y el pulso de la retroiluminación al mismo tiempo que tiene en cuenta la respuesta de la tasa de renderizado que llega desde la GPU a modo de FPS y milisegundos. Por fin, una técnica que une dicho Overdrive y el llamado "Blacklight Pulse" para con la tasa de refresco.
Lo malo de esto es que, como bien dice NVIDIA, se ha tenido que reinterpretar la ingeniería detrás del hardware y el software para lograrlo. Esto implica "nuevos" monitores y nuevos drivers, así como firmware de control. Al parecer, o eso esperamos, será compatible con gran parte del hardware de NVIDIA en cuanto a GPU, así que, en principio, no habrá que cambiar de gráfica salvo que acoten desde la sede de los verdes a ciertas generaciones o modelos.
Dicho esto, algunos monitores existentes sí que podrán habilitar G-SYNC Pulsar mediante una actualización de firmware, puesto que cumplen con lo requerido por NVIDIA. No sabemos exactamente cuáles serán, pero visto que ninguno de los presentados en el CES 2024 viene certificado, nos da esperanzas de que esto llegue a un número mayor del esperado en un primer término y que la parte de software pesa más que la de hardware.