¿Funciona una pasta térmica TOP tras 20 años guardada en un cajón? ¿Puede compararse con las actuales? Pues…
Las pastas térmicas son algo fascinante. Las diferencias a día de hoy se cuentan en décimas de grado como DELTA, algo que a muchos les hace pensar que, efectivamente, para su uso común les vale cualquiera. El problema es que el Delta se convierte en algunos grados en un entorno real, pero, ¿y si usamos una pasta térmica con 20 años que hemos encontrado en un cajón y que estaba en el olvido? ¿Podrá rendir como antaño? ¿Puede competir dicha pasta TOP con una pasta de igual gama en la actualidad? Muchas preguntas, muchas respuestas que vamos a ver.
Un usuario encontró en un cajón en el olvido un tubo de pasta Arctic Cooling Silicone, un modelo vetusto que presumía en su momento de ser TOP justo antes de la llegada de Arctic Silver 5, la cual cambió todo. Pues bien, Igor's Lab ha querido someter a esta pasta a un exhaustivo trabajo, y las conclusiones son realmente sorprendentes.
El marketing ya funcionaba hace 20 años con las pastas térmicas, pero el rendimiento en la época lo ocultaba
A día de hoy es mucho más complejo engañar con el marketing de un producto térmico, puesto que, como es el caso, usando un espectrómetro de banda ancha y alta resolución en poco tiempo podemos ver y comprobar si cumple con los materiales fijados en su descripción, y sobre todo, en qué proporciones.
La Arctic Cooling Silicone aseguraba tener un 50% de silicona a modo de aglutinante, un 20% de carbono y un 30% de óxido de metal. Sabiendo que la pasta ya había sido utilizada previamente 20 años antes la duda surge sobre su rendimiento, y más con un TDP sostenido de 200W en un i9-13900K.
Lo primero que hay que decir es que no hay ni rastro del carbono en la espectroscopia, solamente óxido de Zinc y silicona, de ahí los 4 W/mK que reportaba en su momento, así que dicho esto, ¿qué puede hacer contra un rival como la Alphacool Apex de 17 W/mK?
El rendimiento se mantiene intacto
Comparar 4 W/mK contra 17 W/mK suena a paliza de la pasta con más poder de traspasar el calor, y en parte es así, pero no tanto. Armado con un be Quiet! Pure Loop II 360 el i9-13900K limitado a 200W sostenidos los datos no mienten: la Alphacool Apex logra una temperatura sobre los 76 ºC, mientras que la Arctic Cooling Silicone se va hasta los 85 ºC.
Pasados casi 10 minutos las temperaturas suben un grado, lo que indica que estamos con un GAP de entre 8 ºC y 9 ºC respectivamente, que puede parecer poco, pero para un compuesto térmico es un mundo.
Estas diferencias son muy aproximadas a las pastas con misma capacidad de disipación que se pueden encontrar nuevas en el mercado a día de hoy y que son de gama baja. Como las diferencias son prácticamente calcadas se puede decir sin riesgo a equivocarnos que, tras 20 años, una pasta térmica puede sobrevivir perfectamente.
Otra cosa será la vida útil que se les otorgue una vez puestas, que lógicamente es muy inferior y tiene mucho que ver con el grado de viscosidad que tengan, que va influenciado de la silicona usada, lo cual alargará más o menos la vida útil tras los ciclos térmicos, pero eso es otra historia distinta.