Atlas Fallen gana un 50% de rendimiento desactivando los núcleos Intel E-Core
A veces más núcleos no significa más rendimiento, o sino que se lo pregunten al juego Atlas Fallen, donde un problema de optimización hace que su rendimiento mejore al desactivar los núcleos E-Core. En concreto, estamos hablando de un juego que no ha sido optimizado para los procesadores híbridos. Es decir, aquellos procesadores que combinan núcleos de CPU con distinta arquitectura.
En este caso concreto, la prueba se realizó con el actual procesador tope de gama, el Intel Core i9-13900K. Este procesador ofrece una configuración de 24 núcleos. De estos, 8 de estos núcleos son de alto rendimiento, denominados como P-Core. Los 16 núcleos restantes son de bajo consumo energético denominados como E-Core. Ahora bien, la lógica diría que desactivar esos 16 núcleos afectaría al rendimiento del juego, y sí, así es, pero la sorpresa es que desactivarlos mejora el rendimiento del juego en vez de empeorarlo.
Atlas Fallen aumenta sus FPS en un 50% al desactivar los 16 núcleos E-Core
Lo más interesante de todo, es que el Atlas Fallen satura todos los núcleos del Intel Core i9-13900K. Tanto los 8x P-Core como los 16x E-Core. La lógica te haría pensar que esto es bueno, ya que todos están aportando su granito de arena para ofrecer el máximo rendimiento posible. Pero cuando esto ocurre, el juego se ejecuta a menos de 80 FPS en una partida intensa, pero limitada a una resolución 1080p junto a una NVIDIA GeForce RTX 4090. El motivo se debe a que realmente los procesadores Intel Hybrid no han sido diseñados para funcionar así. En este caso, la alta carga de trabajo a la que se somete a los núcleos E-Core implican una pérdida de rendimiento.
Saturar los núcleos E-Core implica que el propio juego no reconoce la existencia de estos núcleos. Si el juego estuviera optimizado, solo exprimiría los P-Core, dejando los E-Core para otras tareas menos pesadas (físicas, componentes multijugador, audio, descompresión de activos, etc). De esta forma, Atlas Fallen está usando los núcleos E-Core para tareas principales, lo que impone una penalización de rendimiento.
El motivo es evidente, y es que los E-Core funcionan a velocidades de reloj más baja, por no hablar de un IPC mucho más bajo, y penaliza la carencia de memoria caché. De esta forma, los P-Core tienen que esperar a que los E-Core procesen la información lastrando el rendimiento en general.
En una prueba realizada por TechPowerUp, la solución para arreglar Atlas Fallen es "sencilla": desactivar los núcleos E-Core. De esta forma, se consigue pasar de una media de rendimiento entre 136 y 152 FPS, a un rendimiento notablemente más alto hasta los 187 y 197 FPS al utilizar únicamente los P-Core.
AMD también se enfrentará a estos problemas de optimización
Hay que recordar que AMD debutará con procesadores híbridos en las APU portátiles Ryzen 8000 'Strix Point'. De esta forma, si estos problemas de compatibilidad afectan a Intel y su diseño de CPU, también afectará directamente a AMD. Dicho de otra forma, parece que aún el software no está a la altura de este tipo de configuración de hardware que combina dos arquitecturas de núcleo distinta en un mismo procesador.
Partiendo desde el Sistema Operativo, hasta las propias aplicaciones o juego. Todo debe optimizarse para emplear únicamente los núcleos de rendimiento para las principales cargas de trabajo. De esta forma, todo el resto de núcleos sirven como un simple apoyo tanto para la aplicación o juego y ejecutar los procesos del OS en un segundo plano.