The Last of Us Patch 1.0.5.1: más estabilidad para las GPU Intel y AMD
La conversión al PC de la remasterización del clásico de Naughty Dog, llevada a cabo por Iron Galaxy, trajo por sus problemas visuales y de rendimiento un feedback muy negativo. Convirtiéndose en uno de los peores lanzamientos para PC en lo que va de año y un insulto a la saga a la que pertenece. Pues bien, el parche 1.0.51 de The Last of Us trae mejoras en estabilidad al título. ¿Ha llegado ya este juego a un nivel aceptable o todavía hay mucho por hacer?
Uno de los problemas que hay con las conversiones de consola a PC es que muchas veces están muy mal optimizadas y terminan necesitando un mantenimiento en forma de nuevos parches con tal de llegar al rendimiento esperado o, peor aún, el que tienen con un hardware muy inferior al que tiene un ordenador para juegos.
¿Qué aporta el parche 1.0.51 de The Last of Us Parte I?
No hay duda que The Last of Us Parte I para PC es una mala conversión. El motivo de ello es por el hecho que trae consigo una serie de problemas que son producto de heredar el código optimizado, tal cual para PS5 sin cambios, lo que lleva a una horrible gestión de memoria. Pero es que la conversión no es solo mala por ello, sino también por el hecho de traer una pésima y tediosa compilación de shaders, cuyos resultados, son el ejemplo perfecto de cómo no se ha de hacer una versión para ordenador desde consola. Esto por no hablar de problemas de stuttering y el hecho de que el juego se cae fe forma continua, problemas que agravan más la situación, ya que no hay nada peor que estar en plena partida y perder todo lo hecho por caídas inesperadas del juego a mitad de la partida.
Pues bien, el parche 1.0.51 de The Last of Us para PC mejora la estabilidad general del juego. En especial para a los usuarios de las AMD Radeon y las Intel ARC que son los más beneficiados por esta actualización. Sin embargo, no será la última actualización que veremos de este juego para PC, dado que tanto Iron Galaxy como Naughty Dog han anunciado parches futuros. Algo que esperamos con ansias, ya que un clásico de este calibre no se merece un trato así en su versión para ordenadores.
El terror de las tarjetas de 8 GB
The Last of Us Parte I se convirtió desde su lanzamiento en la pesadilla de las tarjetas gráficas con 8 GB de VRAM, ¿el motivo? Heredar sin cambios todo el sistema de gestión de memoria de la versión para PS5, el cual copia información de más desde la RAM que si bien pertenece al juego no es necesario para el trabajo de la tarjeta gráfica. ¿El origen? La configuración de memoria de PS5, la cual es unificada y tiene un único pozo de memoria para todo. ¿Las consecuencias? Que muchos PC se queden sin poder jugar al juego por esta pésima gestión de memoria que tiene el juego.
Y es que por mucho que PC y PS5 se basen en los mismos componentes, es la forma en la que estos se organizan entre sí lo que varía y provoca que no se pueda lanzar un juego sin optimizaciones. La gestión de memoria es una de las partes más delicadas a la hora de gestionar un programa, sea el tipo que sea. Claro está, que en un mundo donde está no parece escasear, es donde se cae en el error de no tomar buenas tendencias para la programación.