Profesor manda trabajo a sus alumnos, lo entregan, el profesor pregunta a ChatGPT y… La IA le miente
Los más veteranos recordaréis el rincón del vago para sacar trabajos del colegio, el instituto e incluso de la universidad que ya están hechos, o que requieren pocas modificaciones. Pues bien, muchos han decidido usar la IA y en concreto ChatGPT para que les hagan las tareas. Sin embargo, la IA miente y más de un alumno se está encontrando con alguna que otra sorpresa en forma de suspenso o de no corrección de sus trabajos.
La inteligencia artificial parece que se ha convertido para muchos en una nueva piedra filosofal, una panacea a todos los males y ha llegado al punto en que llega a ser cuanto menos cansino. Sobre todo, por el hecho de que la IA, le da por especular y muchas veces llega a presentar soluciones que son verdaderas burradas. Es por ello que si bien podemos verla como una herramienta que puede darnos ideas y soluciones en un momento dado, estas se han de supervisar desde el conocimiento de cada materia en cuestión.
¿Por qué la IA miente y cuáles son las consecuencias?
Dejad de pensar que la IA es un ente con autoconciencia y la misma capacidad que un ser humano para sacar conclusiones a través de premisas. Cuando entrenamos una inteligencia artificial, lo que buscamos es que encuentre un patrón, para que luego a partir de dicho patrón y con unos datos de entrada, acabe inventando una solución, la cual puede ser la ideal o cercana a la realidad o ser un verdadero disparate.
¿Significa que la IA miente? No, desde el momento en que no tiene la capacidad de mentir, pero dependerá de la calidad de la muestra, de los datos con los que ha aprendido y la información que se le dé. Al igual que nos ocurre con los seres humanos, la omisión de información puede dar conclusiones erróneas y si encima le damos una falsa patina de autoridad, pues las consecuencias pueden ser desastrosas.
Y la cosa se ha vuelto peor desde que esta pueda generar textos con lenguaje natural y, por tanto, que pueden hacerse pasar como los de una persona. Eso sí, dada la manía de la IA a fabular los resultados pueden ser incorrectos y no nos podemos permitir cosas como que una tesis académica o un trabajo de final de carrera que han de tener cierto nivel de autoridad y conocimiento los genere un algoritmo.
Sus efectos en la educación pueden llegar a ser desastrosos
Un motivo por el cual los alumnos hacen trabajos académicos a presentar es por el hecho que forma parte del proceso de aprendizaje de cada una de las materias. Por eso el uso de herramientas de IA para que te hagan el trabajo y sacar nota es un mal favor. Al fin y al cabo, se está instruyendo a una persona para que tenga una serie de competencias profesionales.
Es decir, no es la IA que miente, sino tú al usarla. Sin embargo, esta tendencia está creando una paranoia colectiva bastante entre los docentes. ¿Un ejemplo? Un profesor de una Universidad de Texas se ha negado a corregir los trabajos de quince de sus alumnos bajo la sospecha de que han utilizado ChatGPT para realizar sus tareas. ¿La respuesta del docente en concreto? No corregirles los trabajos como represalia, una actitud que creemos que será común por parte del profesorado de todo el mundo ante esta nueva ola de hacer trampas.
Nadie quiere tener un matasanos en vez de un médico, a un arquitecto que se le caigan sus cajas o un ingeniero que hace puentes que no se sostienen. Si estás en niveles inferiores, entonces te puedes encontrar con problemas para entender conceptos posteriores que requieren cierta base de conocimiento. Así que hazte un favor, no dejes que ChatGPT haga el trabajo, ya que la IA miente a veces y te puede dejar en mal lugar.