EE.UU. logra el «Des-China»: las empresas de China se desvinculan de su país
EE.UU. es el maestro estratega, no importa en qué tiempo mires cómo se fraguó el choque ni sus consecuencias, y si no, ahí tenemos el caso de cómo medió entre Taiwán y la propia China, que actualmente rige gran parte de los semiconductores, chips y geopolítica mundial. Dicen que EE.UU. siempre gana, y en este caso parece que lo vuelven a hacer, ya que están consiguiendo el llamado efecto Des-China. ¿A qué se refieren exactamente?
Los tiempos han cambiado y la desglobalización también está dando pie al efecto Des-China. Las tensiones van en aumento y muchas empresas y empresarios ven quién va a ganar la guerra y dónde está el verdadero mercado. Pero... China es más del doble de grande en mercado que EE.UU., ¿por qué empresarios chinos están viéndole las orejas al lobo? Pues la respuesta, precisamente, llega desde la propia China.
EE.UU. ganará una vez más, comienza el efecto Des-China
Los chinos, independientemente de donde vivan, siempre serán chinos, y esto no es una obviedad, porque el que emigra se sentirá como tal, pero sus hijos, sus nietos, sus bisnietos también se sentirán chinos. Son una cultura cercana con los suyos e independiente con el resto por norma general, y aunque se relacionen, como pasa con los más jóvenes, el sentimiento de pertenencia es inculcado desde el nacimiento, es casi ideológico.
Pero aunque esto se cumple en la gran mayoría de casos, "business is business", y ahí muchos empresarios están viendo que China no ganará la partida a EE.UU. Por ello, quieren migrar sus sedes de empresa a Estados Unidos, conseguir la nacionalidad permanente o al menos la de extranjero con green card, de manera que las restricciones y perjuicios contra China no les afecten.
Esto está teniendo un trasfondo devastador y muchos empresarios han puesto el grito en el cielo. La mayoría de los que entrevistó REUTERS no quisieron dar su verdadero nombre, pero hay casos muy llamativos que muestran esta particular situación de Des-China. Y es que todos tienen algo en común: quieren sacar las sedes de sus empresas de China, y por ello, temen represalias del gobierno.
Las tecnológicas chinas quieren mudarse a EE.UU., quieren ser "menos chinas"
Con un nombre falso, Ryan afirma que su empresa ya tiene un millón de usuarios en el este de Asia y una base sólida en América, pero está siendo perjudicado por las tensiones y restricciones entre ambos países, cosa que no sufren otros, como Europa:
"Es muy injusto, nos parecemos mucho al relleno intercalado en medio de una galleta"
Siete empresarios más ponen un poco de luz al asunto. En cualquier caso, todos están tratando de obtener residencia por los motivos comentados. De los siete, tres aceptaron ser identificados, el resto quería el anonimato completo para ellos y sus empresas. ¿Cuándo empezó este fenómeno? Pues fue a raíz de las políticas contra el COVID por parte de Xi Jinping. Tras la apertura de China las cosas no han mejorado para las empresas, es decir, no hay excusas del virus ya, y todo se está complicando para las empresas de dicho país.
Uno de los empresarios comentó que, efectivamente, todo cambió con la pandemia, si bien no es imposible hacer negocios desde China, las restricciones y el miedo a las represalias coartan esa libertad, hasta el punto que asegura que hacer negocios "es más fácil para mis empleados, para mis accionistas, si yo estoy fuera".
Empresas de toda índole prefieren operar en occidente
Otro ejemplo de Des-China es Shein, la famosa tienda de ropa online que hace competencia a gigantes como Zara. En las tecnológicas tenemos esfuerzos similares por parte de Huawei, OPPO e incluso Xiaomi. Todas se están occidentalizando para poder operar en nuestros mercados y países, pero eso está implicando que tienen que mover sus sedes, cosa que está irritando a China.
Como curiosidad, todos los empresarios descritos y que no han querido dar sus nombres afirman que no están convencidos por el supuesto apoyo que les ofrece Beijing, pero en cambio, estaban preocupados por la pérdida de libertades cívicas. Y es que, según parece, las empresas más grandes y ambiciosas deben tener fuertes lazos con el Partido Comunista Chino, lo que supone seguir unas directrices y marcar unos límites. Las empresas que no cumplen están intentando hacer el efecto Des-China, otras, en cambio, directamente cierran para abrir sede fuera de su país, si es que pueden...
¿Veremos más tecnológicas del sector de los semiconductores tomar un camino similar? Lo veremos con el paso de los años, pero parece que EE.UU. ganará una vez más si Xi Jinping no lo impide, o ¿acaso puede hacer algo?