AMD Ryzen 7 7800X3D: pierde un 5% de rendimiento en una placa A620
Desde Corea del Sur llega la primera prueba de rendimiento del AMD Ryzen 7 7800X3D junto a una placa base AMD A620. Hay que recordar que esta sería la combinación de la CPU más básica de AMD orientada puramente al gaming, junto con el chipset más asequible que da vida a las placas base AM5.
En concreto, se hizo uso de una placa base GIGABYTE A620M GAMING X. Esta ofrece un VRM de 8+2+1 fases de alimentación y hasta 128 GB de memoria RAM DDR5 a 6.400 MHz con overclock. Como punto negativo, una interfaz PCI-Express 4.0 tanto para la GPU como los SSD NVMe M.2. Esta placa base aún no se puede encontrar a la vente por Europa o Estados Unidos, así que se desconoce el precio al que llegará. Como era evidente, se comparó el rendimiento del Ryzen 7 7800X3D en esta placa base, respecto a otra que integra el chip de alto rendimiento de la compañía, el AMD X670.
Hay que recordar que las placas base AMD A620 no es que sean una opción real para los gamers. Dependiendo del modelo escogido, estas placas base llegan a ofrecer incompatibilidad con otras CPUs que nos sean los Ryzen 7000 'no X' a 65W. Y ahora vemos que, pese a comprar una placa base compatible con los Ryzen 7000X o Ryzen 7000X3D, realmente no son capaces de exprimir todo su rendimiento.
AMD Ryzen 7 7800X3D a prueba con una placa base AMD A620
En concreto, nos encontramos con un AMD Ryzen 7 7800X3D acompañado de una memoria RAM DDR5 a 6.000 MHz. En concreto, la configuración recomendada por la propia AMD para aprovechar el potencial de sus Ryzen 7000. Pese a ello, no todas las placas base AMD A620 soportan estas frecuencias, por lo que el rendimiento podrá variar entre un modelo u otro. Pese a ello, de ahí no viene la limitación de rendimiento.
Como era de pensar, la limitación viene por medio del propio VRM que alimenta a la CPU. Esto implica que si bien el Ryzen 7 7800X3D era capaz de funcionar a una frecuencia de 4,80 a 4,90 GHz en la placa AMD X670, en la AMD A620 las frecuencias eran más bajas, en concreto, entre 4,40 y 4,60 GHz. Esto implicó una pérdida de rendimiento del 5% en los test sintéticos, y de un 3% en apartado gaming. Como punto positivo, es que, al funcionar a menores frecuencias, su consumo oscilaba los 81W, respecto a los 95W en la placa X670.
Si bien la pérdida de rendimiento es irrisoria, ya que sigue siendo mejor en gaming que un Intel Core i9-13900K, lo importante llega en que, realmente, podríamos estar hablando de hasta un 15% menos de rendimiento. Esto se debe en esencia a las características adicionales que ofrecen las placas base AMD X670 respecto a las A620. Estas fuerzan a la CPU a trabajar a máxima velocidad aplicando mejoras de rendimiento adicionales. MSI ya indicó que sus tecnologías aumentaban el rendimiento base en un 12%.
Si tienes pensado comprar un Ryzen 7 7800X3D, merece más la pena invertir un extra en una placa base AMD X670. A fin de cuentas, es el único chipset que te promete tener el máximo rendimiento posible. Y como era lógico de pensar, tiene todo el sentido. Lo que no tiene sentido es comprar una CPU de alta gama con una de las placas base más económicas que puedas comprar.