Japón confirma el boicot a China: restringe la exportación de equipos para la fabricación de chips
Se ha terminado confirmando el boicot del entorno de EE.UU. hacia China. Japón es el último eslabón de la cadena que quedaba por unirse y fijarse a la transmisión americana tras Países Bajos, y ahora, cortará de lleno sus exportaciones mediante controles y licencias, que, entendemos, no serán concedidas a China. El impacto en la economía y empresas japonesas parece que será menor del esperado. ¿Ha encontrado Japón una salida tras hacerle boicot a China?
Era un secreto a voces que Japón se iba a sumar a la retórica americana. Tras un vaivén de declaraciones, hoy viernes el Ministro de Economía, Comercio e Industria japonés, Yasutoshi Nishimura ha confirmado los peores presagios de China.
Una cantidad mayor de restricciones a las exportaciones: Japón realiza un boicot duro a China
No se esperaba un despliegue de medidas tan severas. Lo que ha hecho Japón es cortar por lo sano con cualquiera que no esté en su juego y en el de la OTAN (aunque no forma parte), porque las exportaciones y su control mediante permisos de exportación llegan hasta nada menos que 23 tipos de equipos de fabricación de semiconductores y chips.
Una alineación total con la estrategia de la administración Biden que tendrá sus efectos en empresas como Tokyo Electron, Nikon Corp o Shin-Etsu, por ejemplo. Nishimura lo comentaba de la siguiente manera:
"Estamos cumpliendo con nuestra responsabilidad como nación tecnológica de contribuir a la paz y la estabilidad internacionales"
Básicamente está refiriéndose al nuevo acuerdo de cooperación en materia militar con EE.UU., pero los chips están claramente de fondo. En estos 23 tipos de equipos se dividirán en 6 categorías, como por ejemplo la propia producción de los chips, la limpieza de las máquinas, el soporte, la litografía y el grabado de las obleas.
Lo importante aquí es la entrada en vigor: el 1 de julio y esto implica que todas las empresas afectadas verán un impacto en sus cuentas a partir de dicha fecha.
¿Cómo va a sobreponerse Japón a la pérdida de volumen en ventas que otorgaba su competidor?
Hay varias teorías que se lanzan desde varios puntos. Takamoto Suzuki, jefe de investigación económica de Marubeni en China dice que será un duro golpe para todas las empresas japonesas del sector porque su mercado interior como país no es fuerte en chips, es exportador prácticamente en un porcentaje muy alto:
"Socavará el desarrollo del mercado de las empresas japonesas y ciertamente reducirá su competitividad desde el punto de vista regulatorio".
Nishimura desde Japón ve las cosas de una manera bastante distinta, ya que considera que el impacto será limitado. Una opinión que Takahiro Shinada, profesor de la Universidad de Tohoku en Japón comparte en gran medida:
"Si se mira a largo plazo, el efecto será menor, con la entrada en operación de nuevas plantas de semiconductores en lugares como Estados Unidos y Japón"
Dado que Estados Unidos va a multiplicar su capacidad de producción en su propio suelo entre tres y cuatro veces en los próximos años, es posible que el acuerdo con Biden implique ser el único proveedor de equipos de fabricación para todas las empresas que se instalen allí gracias a la Ley CHIPS for America.
Esto podría paliar temporalmente los problemas y el volumen de ventas de Japón, que además, podría ayudar a Europa si finalmente TSMC e Intel aterrizan aquí. China por su parte no se ha pronunciado, pero ya sabemos que trabaja en silencio en crear su propia industria de equipos de fabricación.