China a por la independencia en chips: inversiones, profesionales y áreas críticas
Washington está apretando y cerrando el cerco con China, pero el gigante asiático, aunque no competirá por la hegemonía de los chips de alto rendimiento, sí que lo hará para con su propia industria. Por ello, los primeros detalles de hacia dónde va a apuntar el gobierno de Xi Jinping ya están aquí... Y no hay demasiadas novedades, puesto que el margen de maniobra es pequeño. Por ello, el empuje será fuerte y decidido, de manera que China logre la independencia en chips pese a las zancadillas de Biden.
China no quiere competir con nadie, ha tirado la toalla. Ahora su objetivo es simplemente desarrollar todas las tecnologías que le permitan en el futuro lanzar patentes de manera que sean ellos los que puedan tener derecho a veto en 10 o 20 años. Todo comienza aquí y ahora.
La independencia de chips de China
Movilización de recursos nacionales, no importa si públicos o privados. China va con todo y a por todo con el objetivo de desarrollar la industria de los semiconductores nacional. Para ello tendrá que poner nuevos cimientos sobre lo que ya hay, y esto para por una serie de medidas de gran calado.
En primero lugar, el gobierno ayudará a los empresarios con distintos incentivos, rebajas fiscales y financiación. En segundo lugar, atraerá inversiones a largo plazo. El tercer punto a tratar serán las políticas preferenciales equitativas para talentos nacionales, pero además, a los extranjeros que quieran trabajar en dicho país se les tratará como si fuesen nacionales, sobre todo aquellos que quieran formar a sus propios compañeros.
No parece mucho, pero el objetivo es ambicioso cuando sabemos que dentro del sector privado lo que se busca es que los empresarios se expandan globalmente y con ello dentro de la industria de los chips se pueda optar a una cadena de suministro propia en suelo extranjero que sea estable, algo así como lo que ha hecho TSMC.
Las obleas de silicio y los equipos para tratarlas y grabarlas
Lógicamente la industria necesita de materias primas y de obleas, además de equipos de transporte, distribución, almacenamiento y, cómo no, escáneres litográficos. China no produce ninguno de estos componentes, por lo que tiene trabajo pendiente para no depender de nadie. Pero parte con ventaja, una ventaja realmente clave, y es que controla gran parte de las tierras raras y una gran parte del silicio mundial.
Entre tanto, necesita, al menos, obleas. Por ello, ya está dejando de lado a Japón ante los problemas de bloqueos que está imponiendo sus vecinos y está mirando a Corea del Sur, los cuales, de momento, no han tenido el privilegio de ser visitados por Biden con una ración de democracia de cara a China.
Por ello, los de Xi Jinping están comprando de forma masiva obleas a sus vecinos, sobre todo a SK Siltron, los cuales les envían obleas de 6 y 8 pulgadas de bajo rendimiento, bajo precio y buena disponibilidad, donde el precio oscila entre 50.000 a 120.000 dólares por tonelada de silicio. Cinco veces más baratas de lo que las ofrece Japón.
Con ello y con la cantidad de industria que tienen, podrán empezar a crear sus chips para el ejército e instituciones, donde al mismo tiempo comenzarán las investigaciones para escáneres propios y equipos de trabajo. La independencia de chips de China comienza ahora con su nuevo plan, veremos cuánto tiempo tarda en ponerse al día con EE.UU. o Taiwán.