Las sanciones golpean a China: caen las importaciones de chips un 27%
Desde que EE.UU. se ha tomado en serio el bloqueo a China y está cortando por delante y por detrás todos los hilos del gigante asiático con su país y sus socios, los números comienzan a no cuadrarle al país que dirige Xi Jinping. El último informe desde South China Morning Post informa de un desplome más que considerable que tendrá repercusiones importantes en lo económico y tecnológico, porque China ha perdido casi un 27% de las importaciones de un plumazo.
Pese a rebajar las restricciones del COVID en una pandemia que sigue azotando al país, la esperanza había vuelto tras los cierres prolongados. Se esperaba una recuperación progresiva para coger el ritmo de crucero que ha mantenido China durante dos décadas... Pero EE.UU. no lo va a permitir y ahora sí, la situación se está poniendo realmente tensa.
Las importaciones de chips caen en China en 2 meses más que en todo 2022
El dato es realmente escalofriante si tenemos en cuenta la envergadura de China en estos momentos, pero para ser precisos, vamos con los datos concretos. Entre enero y febrero de 2023 China importó nada menos que 67.600 millones de CI (Circuitos Integrados) para toda su industria. La cifra es gigantesca sin duda, pero resulta que si comparamos con el mismo periodo de tiempo en 2022 veremos que ha caído un -26,5% según la Administración General de Aduanas del gobierno de Xi Jinping.
El dato es más relevante si tenemos en cuenta que las primeras sanciones se produjeron el año pasado, y curiosamente, en todo 2022 la bajada fue de "solo" el 15,3%, siendo la primera caída en 20 años. Pero lo peor no son los 67.600 millones de CI, sino el valor total de las importaciones, el cual fue incluso peor que ese -26,5% comentado. China vio cómo han pasado de 68.800 millones de dólares a unos más preocupantes 47.800 millones de dólares, es decir, un -30,5% en solo dos meses.
Las primeras sanciones no fueron tan efectivas
Comparativamente hablando de nuevo con 2022, en enero y febrero de dicho año el volumen de importaciones de chips solo cayó un 4,6% a 92.000 millones de unidades, pero el valor de dichas importaciones aumentó curiosamente un 19,2%, lo que refleja que aunque importasen menos, lo hicieron por productos más caros, y por lo tanto, tecnológicamente más avanzados.
Vistos los datos, veamos algunas de las primeras consecuencias. China no puede importar equipos avanzados y, presumiblemente, tampoco podrá hacerlo en breve de ningún tipo si las nuevas sanciones siguen adelante. El gigante de los chips en China, SMIC, ya ha declarado que los 7.600 millones que va a poner el gobierno chino para la construcción de una nueva FAB nacional tienen poca importancia, ya que las restricciones están dificultando en gran medida el acceso a los equipos para poder comenzar a trabajar una vez que se termine dicha FAB.
Por ello, auguran uno o dos trimestres de retrasos, que podrían ser muchos más si EE.UU. se mueve rápido con Países Bajos y Japón, que están en ello realmente. Por lo tanto, el futuro de China parece incierto. La estrategia de saltar años adelante en diseño para copar patentes y reducir el tiempo que van a perder ahora es inteligente, pero es que EE.UU. hará lo mismo, así que la batalla del futuro no va a ser por fabricar chips, sino por ver quién veta a quien en base a los diseños y patentes de los ingenieros de ambos países.
Una lucha de talento e innovación donde, una vez más, Europa no participa al mismo nivel y solo se salvan algunas empresas, con ASML como punta de lanza.