El sector de los chips está roto: mientras unos se hunden otros no paran de gastar

El mundo está roto desde hace algo más de un año. La pandemia lo cerró, al abrirlo por completo tras el fracaso de China  con el COVID tras más de dos años está haciendo que un mercado tan clave hoy día como el de los semiconductores termine por quebrarse. El mejor ejemplo es lo que estamos viviendo a día de hoy, donde el gigante de los semiconductores ve perder inversores, mientras sus competidores no paran de gastar dinero en ampliar su capacidad. ¿Qué diantres está pasando con los chips? ¿Por qué está tan roto el mercado de los semiconductores?

Se ha roto la balanza y el problema es que no hay pesos puestos en ninguno de los lados. El equilibrio está a punto de romperse y todo apunta hacia un batacazo monumental de los grandes, donde los pequeños están sacando la máxima rentabilidad y van a cerrar un poco el GAP.

TSMC ve peligrar sus cuentas, es el primero en ver el mercado de los semiconductores roto

Warren-Buffett-TSMC-inversión

Bekrshire, uno de los fondos y empresas de inversión más grandes del mundo dirigido por Warren Buffet sacó, si no toda, casi toda su apuesta de TSMC tras solo 4 meses, en un movimiento totalmente anómalo para esta firma. Ahora otros le han seguido, como Generation Investment Management, salvo por el hecho de que la inversión ha sido retirada al completo vendiendo todas las acciones.

Y claro, ¿por qué están haciendo esto tras solo un trimestre y encima perdiendo una ingente cantidad de dinero tras las ventas? Pues por varios motivos. El primero es el hecho de que TSMC apoya sus ingresos en los nodos más rentables y estos son los de vanguardia. Pero el sector está en mínimos. Ni Intel, ni AMD, ni NVIDIA, Qualcomm o Apple están tirando del carro, más bien al contrario, se están bajando. TSMC está perdiendo a sus clientes en favor de Intel y Samsung y encima hay otro factor que está pesando: la creciente presión en el estrecho de Taiwán por parte de China y el ojo que tiene puesto ahí EE.UU.

Los inversores no lo ven claro y prefieren perder un poco de dinero (miles de millones) a una hecatombe que podría ser resultado de una guerra inminente. La tensión está casi al límite. ¿Qué está pasando entre tanto en otros continentes?

Micron sigue con los despidos y para el ritmo

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Pues sí, otro 5% de la plantilla que irá a la calle y salvo que todo siga empeorando, será la última hornada de despidos en 2023, pero no se descartan más si todo empeora. Si a esto le sumamos que la producción de NAND Flash y DRAM se ha parado en un 20%, que la transición a su nuevo nodo 1 gamma ya está planeada y retrasada para 2025, que en 2024 quiere construir alguna FAB más y está en el aire y que las 3D TLC NAND de 232 capas van a estar con nosotros dos años más... No pinta nada bien para los americanos. Además, el mes que viene esperan una caída del 300 millones.

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A raíz de esto y tras desacerse de Texas Instruments, ahora la compañía está planificando en solitario una nueva FAB invirtiendo en Utah la friolera de 11 mil millones de dólares tras comprar IMFlash, una FAB en Lehi que en 2006 era de Intel y la propia Micron. La idea de Texas Instruments es coger esa FAB y construir otra justo al lado para terminar por unirlas como un solo complejo.

Se fabricarán chips de 65 nm y 45 nm, 800 nuevos empleos y todo el proyecto se completará en 3 años. Pero esto es solo una parte del complejo plan de Texas Instruments, puesto que tienne ya en construcción 4 nuevas fábricas en Texas y estarán operativas en 2025, todo por un costo de nada menos que 30 mil millones.

Infineon apuesta por Alemania

Infineon-FAB

En nuestro continente tenemos suertes dispares. Intel sigue sin moverse con Alemania y mantiene la necesidad de recibir 10 mil millones si Europa quiere la Super FAB de alto rendimiento y nodos TOP en su suelo, todo tras irse de Vietnam en el último momento. Entre tanto y adelantando por la derecha tenemos a Infineon, un gran fabricante de chips industriales para placas base y otros componentes, así como para coches.

Dresden, otra vez, será la ciudad escogida para albergar una nueva FAB de 5 mil millones, mientras Alemania se frota las manos y el resto de Europa no recibe ni las migajas. Entonces, recapitulando todo lo visto, ¿por qué mientras que Intel, Samsung o TSMC están retirándose del mercado y cortando inversiones propias y externas los demás no paran de gastar dinero?

El mercado de los semiconductores está roto

Recesión-semiconductores

La respuesta no es simple, pero tensiones políticas o militares aparte, que están influyendo y mucho, las previsiones del sector de los semiconductores y chips son distintas. En el sector de los servidores y PC se ha tocado techo. En el primero todavía hay algo de margen porque hay necesidad debido al mayor volumen de datos que se genera cada año y al empuje de la IA.

En el segundo, el PC y portátiles, los precios están tan inflados, la gente está tan cansada y además, la tensión política y económica está afectando a todos, por lo que la demanda se está estampando con una realidad que, conforme avance 2023, será más y más dura al parecer, aunque se está resistiendo. Esto obligará a los bancos centrales a ser más duros y taxativos con las subidas de interés, y es posible que terminen por aceptar que la inflación será estacionaria a un valor del 4% o 5%, algo que será el último recurso.

En cambio, el sector de los chips para electrodomésticos, Internet de las cosas, automóviles y anexos está en pleno auge por la modernización de todos ellos. Ahí se necesitan chips baratos, fiables y en volumen, donde pocos requieren procesos litográficos avanzados. De ahí las inversiones conforme a la demanda. El problema es que dependen del sector energético y este no da tregua.

Si a esto le sumamos que están cayendo en la trampa a la que cayeron las industrias de PC y servidores... Parece que su futuro será también incierto y enfrentarán recortes como estos, pero más tardíos, seguramente para 2024 o 2025, dependiendo de cuándo caiga la demanda. Como vemos, el escenario es distinto, pero todos parece que pasarán por las mismas fases, aunque temporalmente sean distintas, un momento para el mercado de los semiconductores que lo hace estar completamente roto.