EE.UU. necesitará más de 500 mil millones para financiar el I+D de chips

Es quizás el capítulo más determinante de toda la serie de inversiones que tendrá que hacer EE.UU. a lo largo de la próxima década. La Ley CHIPS for America que promulgó la administración Biden solo es la punta de lanza de lo que tiene que llegar, y además, lo hará desde el sector público, porque el privado no puede seguir el ritmo. El problema da la solución, la cual viene importada desde el extranjero, desde China, Corea del Sur y Taiwán. Nadie puede competir con ellos sin el apoyo gubernamental y por ello, EE.UU. necesita realizar una inversión inmensa para el diseño de chips y su I+D si no quiere perder la plaza que ostenta en el dominio mundial.

Las empresas estadounidenses no dominan la fabricación de chips, solo tienen una parte y cada vez menor, al menos hasta que Intel despliegue su nuevo programa abierto para todos con IDM 2.0. Donde sí domina américa es en el diseño, pero está perdiendo fuerza y mantenerse o incluso recuperar lo perdido, o quizás ganar cuota, va a ser tremendamente costoso, algo sin precedentes.

EE.UU. tendrá que realizar una inversión de I+D en chips monstruosa

Guerra silenciosa y cara, muy muy cara, además postergada en el tiempo, a futuro. Ese es el panorama que ha habido y sobre todo que habrá a partir de ahora. Con Asia pujando cada vez más fuerte en tres frentes distintos, EE.UU. está prácticamente solo, porque quitando a ARM no hay casi nadie más a escala global que les tosa en diseño de semiconductores.

Para ser más precisos, hemos de entender que las empresas americanas controlan el 46% de los ingresos en todo el mundo por el diseño de semiconductores, pero es que hace 7 años tenía el 51% y va cayendo.

La inversión para lograr subir o mejorar simplemente estos datos será de un coste tremendo, y para hacernos una idea solo hay que mirar a Corea del Sur, los cuales ya el año pasado proyectaron un total de 1.300 millones para IA y diseño de chips

Un informe sugiere que, de seguir así EE.UU. en 2030 solo tendrá el 36% de los ingresos, así que el ritmo de desarrollo es extremo, y la inversión tiene que estar al mismo nivel.

40 mil millones gastados en 2021 en EE.UU. para diseño de chips

La cifra es global para el país, es decir, suma la inversión de todas las empresas, y aunque el gobierno no puede asumir un coste de tal magnitud, sí que tendrá que apoyarlo con la mayor inversión jamás hecha. El problema es que la cifra no se ajusta a lo que debe ser: 400 mil millones como mínimo y 500 mil millones como máximo en los próximos 10 años.

Eso daría para sufragar todo el coste de 2021 si lo dividimos por año, el problema es que los costes se van a multiplicar año tras año y nodo tras nodo, así que estas cifras son realmente insuficientes. Eso sin contar con la Ley CHIPS que sufraga parte de los costes de las FAB y una mínima parte del I+D para construirlas, un escenario con cifras cada vez más mareantes.

El número en concreto es 11 mil millones para semiconductores, en concreto, para diseñar nuevos métodos de producción de los mismos, lo que incluye estructura de transistores, materiales metrología y muchas técnicas que tienen que pasar al siguiente nivel. Pero esta cifra tan rimbombante no incluye a los diseñadores per sé, es decir, a mejorar las arquitecturas y nuevas técnicas para chips y por lo tanto, se necesita otra financiación extra con cifras como las anteriormente comentadas.

Para comparar las inversiones, se sabe que EE.UU. financia actualmente con un 13% del presupuesto en inversiones públicas al diseño de semiconductores, de los cuales hay múltiples fuentes ahí metidas. En China la inversión alcanza el 45%. Por ello, las cifras en Estados Unidos casi tienen que doblarse, lo que implicará capacitar y emplear a más de 23.000 ingenieros y un total de 130.000 puestos de trabajo en una década.

Entre tanto y mirando más hacia nuestras fronteras, Europa invertirá entre 6 a 7 veces menos que EE.UU. y casi 8 veces menos dinero que China, por lo tanto, EE.UU. compite solo contra toda Asia, a los cuales ya hay que sumarles India, que invertirá la friolera de 35.000 millones anuales. El declive del viejo continente es un hecho y Estados Unidos no quiere sucumbir ante el empuje del resto del mundo.