Rusia responde a Europa y EE.UU: 115 millones para fabricar chips

En puro silencio, Rusia ha reaccionado frente a todos sus rivales mundiales. Tras las restricciones y sanciones impuestas por occidente, tras cortar el gas a Europa y dejar a Alemania sumida en un intenso miedo de cara al frío invierno, ahora el gobierno de Vladimir Putin lanza la contraofensiva para no depender de la tecnología extranjera y da a Mikron 115 millones de Euros para la industria de los chips, y en definitiva, para los semiconductores.

Las importaciones están bloqueadas, el mercado negro está más vigilado que nunca y está siendo expuesto al parecer a un nivel de control nunca visto, todo con el ansia de hacer valer todo lo que se ha movido para aislar a Rusia de la tecnología y los beneficios de occidente. Pero Putin no se va a quedar con los brazos cruzados y ya tiene la respuesta a la UE y EE.UU en materia de tecnología.

Rusia da 115 millones a Mikron para impulsar la industria de los chips

JSC-Mikron

El mercado no se mueve por la tecnología más puntera que nosotros solemos tratar aquí con chips de todos los ámbitos. El mercado de los semiconductores está en el alto volumen, por no decir gigantesco, y ahí hay muchas empresas (algunas públicas como en el caso de China o con capital público, es igual) que se baten el cobre por satisfacer la demanda actual y futura.

Rusia sabe que no puede competir con TSMC, Samsung o Intel, y por ello ha cogido su empresa más puntera en el sector, JSC Mikron, y la va a dotar de 115 millones para que despegue en lo que a nodos litográficos se entiende.

Este importe, que en rublos está estipulado como 7 mil millones, cifra de la que habla el informe, supone un empujón para esta industria mucho mayor al que hemos visto hasta ahora. El problema es que 115 millones de Euros comparados con los más de 45 mil millones que va a invertir la Unión Europea o los 50 mil millones de EE.UU parecen ridículos al lado de lo que plantea Rusia.

Préstamo a devolver en 10 años, Putin no da nada gratis

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En contra de lo que ha hecho todo Occidente y China, dar fondos sin devolución como inversión pública en empresas privadas. Putin no afloja la mano de hierro y mediante el grupo estatal ruso VEB.RF ha proporcionado a Mikron esta inversión con el objetivo de que la expansión rusa en chips tome un rumbo firme.

El problema es que esta inversión está fijada como préstamo en su naturaleza, y por lo tanto, Putin exige una garantía y un plazo de amortización de 10 años vista. La ventaja, es que con esta inversión se aumentará el nivel de exportaciones actual de Rusia, donde Mikron actualmente suministra el 50% de todo lo que sale del país en tema electrónico y chips.

El reto es mayúsculo, porque Mikron sigue anclada en los 180 nm como base, siendo lo más puntero los 90 nm para los chips. Por lo tanto, Rusia quiere llegar a igualarse en este ámbito con China y Occidente alcanzando lo más rápidamente posible los 28 nm, un tamaño de transistor que se vende como pan caliente y que representa prácticamente el 80% de las ventas mundiales en las fundiciones.

Además de investigar para llegar a tal nodo, Mikron va a tener que ampliar su capacidad de producción, ya que solo puede producir 6.000 obleas mensuales. El objetivo de Rusia y Putin es no depender de tecnología extranjera en ningún ámbito: desde tarjetas de crédito, procesadores para servidores, chips para misiles o simplemente teléfonos móviles. ¿Podrán conseguirlo con una inversión tan irrisoria comparada con la de sus rivales?