Biden se la juega a Corea del Sur: escalada de tensión por Samsung

A principios de este mismo año el presidente Joe Biden fue a Corea del Sur para entrevistarse con elk presidente de Hyundai, Chung Eui-sun, donde tras dicha visita cerraron un acuerdo de financiación de 5.500 millones de dólares donde la empresa asiática construiría la primera FAB para vehículos eléctricos y también para baterías de nueva generación dentro del país americano. Pues bien, este acuerdo ha quedado más que tocado y al mismo tiempo, Biden socaba la confianza de Samsung para invertir en suelo extranjero, puesto que las dos nuevas leyes implementadas ponen en jaque y alerta al gobierno coreano.

¿Qué tienen que ver Samsung y Hyundai más allá de la procedencia de las mismas? Pues varias similitudes en este caso, porque la historia comienza con la firma de coches y terminará con la de semiconductores si nada o nadie lo remedia.

La Ley de Reducción de Inflación y Hyundai

ley_reduccion_inflacion

Si a los chinos se les fia poco por aquello del "cuento chino", a los americanos se les está poniendo una cara de "la gran estafa americana" que da realmente miedo si eres una empresa extrajera que quiere ampliar sus lides y aprovecharse de la jugosa inversión que promete Biden.

La historia de la financiación de la FAB va viento en popa, el problema llega desde la Ley de Reducción de la Inflación, donde Hyundai como fabricante externo al país será excluido del crédito fiscal (ayudas para la compra de coches eléctricos), puesto que la administración Biden solo la facilita si el coche es nacional, es decir, si es creado por una empresa estadounidense de marras.

Joe-Biden-vs-Hyundai

Es decir, la Ley de Reducción de Inflación discrimina a los fabricantes no nacionales, algo de lo que la UE ya se ha quejado duramente y promete llevarlo a los tribunales porque la consideran ilegal. Corea del Sur va más allá y deja la puerta abierta a la posibilidad de tomar medidas en la Organización Mundial del Comercio, así que todo está muy caliente entre los dos países y queda Samsung de por medio y el grupo SK.

Una FAB en EE.UU implica no poder aumentar o actualizar tus FAB en China

Samsung-FAB

Y ahí están los principales problemas que están enemistando a estos dos países. Según Ahn Duk-geun, ministro de comercio de Corea del Sur, el problema es más grave de lo que parece:

“Nuestra industria de semiconductores tiene muchas preocupaciones sobre lo que está haciendo el gobierno de EE. UU. en estos días. Por supuesto, compartimos las preocupaciones del gobierno de EE. UU. sobre el nivel superior de productos en semiconductores porque existe el peligro [de que puedan ser] utilizados con fines militares. En el extremo inferior están los productos de semiconductores que no tienen nada que ver con ese tipo de fines, y pensamos que eran para fines comerciales generales. El problema está en el área gris, donde el gobierno de EE. UU. está tratando de llegar a lo que antes eran áreas comerciales más generales, y el gobierno coreano a veces tiene desacuerdos sobre la demarcación. Al igual que las empresas de muchos otros países, las empresas coreanas están tratando de reducir su dependencia del mercado chino".

En otras palabras, Seúl teme que EE.UU haga con Samsung y SK Hynix lo mismo que les ha hecho con Hyundai, ya que una vez cerrado el acuerdo y comenzado el proyecto podrían lanzar una ley que aumente los precios mediante aranceles a todo chip que no sea de una empresa estadounidense. ¿Quién se lo impide?

A fin de cuentas, lo que quiere EE.UU es tener la fabricación, no la competencia de sus máximos rivales en distintas áreas compitiendo en su país. Una jugada muy peligrosa que quizás TSMC esté mirando con los mismos ojos reticentes entreabiertos. Entre tanto, Japón está en mitad de todo esto, porque compite con los dos países al mismo tiempo y según Ahn, la postura del gobierno japonés sigue siendo muy obstinada, donde el problema de las obleas que vimos hace una semana tiene en tensión a ambos gobiernos.