Los trabajadores chinos están obligados a dormir en las fábricas de chips
Desde que el COVID-19 llegó a nuestras vidas hemos tenido que realizar numerosos cambios en lo cotidiano y obedeciendo las normas impuestas por el país. Lo mismo ocurre en China, aunque sus medidas son mucho más fuertes debido al rebrote. Y es que el gobierno de Shenzhen emitió una orden a las fábricas debido a la variante ómicron del COVID-19. Ordena en la que los trabajadores de las fábricas chinas tengan que dormir y comer en las instalaciones de las fábricas, para evitar más contagios.
China endurece así las medidas por la crisis del COVID-19 debido a la nueva ola de contagios de la variante ómicron. Para ello, ha ordenado que las fábricas chinas de la región de Shenzhen que funcionen como un "circuito cerrado", haciendo que sus trabajadores no puedan salir. Esto significa que los empleados tendrán que trabajar y pasar el resto de los días encerrados en estas fábricas. Se espera así que durante toda esta semana los trabajadores de las fábricas de Shenzhen tengan que comer y dormir en ellas.
Como era lógico de esperar, la medida sólo se impondrá en las fábricas que cuenten con viviendas para los empleados. En el caso de que no sea posible vivir en la fábrica, los trabajadores serán sometidos a pruebas COVID-19 a diario y se limitará la entrada de visitantes. Este tipo de órdenes a cumplir no nos debería sorprender de un país que fomenta la estrategia "cero COVID". Es por ello que imponen medidas mucho más estrictas que han hecho disminuir el PIB del país en un 2,6% en el último trimestre.
Los trabajadores de SMIC, Huawei, Foxconn y otros, se verán afectados por la medida
Al parecer, entre las fábricas de la región de Shenzhen se encuentran fabricantes importantes del sector. Tenemos así el gigante chino de la fabricación de chips, SMIC, que tendrá que tomar medidas para que los trabajadores no salgan de sus fábricas. También se verá afectada la compañía de telecomunicaciones Huawei, ya que tiene su sede precisamente en Shenzhen. Pero aquí no acaba la cosa, ya que también el fabricante de equipos de telecomunicaciones ZTE, e incluso Foxconn, el proveedor de Apple, van a sufrir esta medida del gobierno chino.
No obstante, de todas estas empresas afectadas, solo Foxconn se ha pronunciado al respecto, asegurando que sus instalaciones funcionan con normalidad. Todo gracias a que han seguido las instrucciones para garantizar una "producción segura". Y es que en el país asiático se toman muy en serio las medidas impuestas por el gobierno. Por ello, se espera que los trabajadores de las fábricas chinas de esa región tengan que acostumbrarse a vivir durante una semana en su zona de trabajo.
Aunque parezca sorprendente, los trabajadores de SMIC ya experimentaron una situación semejante recientemente. Y es que a principios de este año, más del 60% de la plantilla de SMIC en Shanghái tuvo que vivir en el campus de la empresa y sus alrededores durante la orden de cierre de la mayor ciudad de China.
Con apenas 21 casos de COVID-19, China encierra a sus trabajadores en las fábricas
Con esta estrategia, China espera reducir en gran medida los contagios por el brote de COVID-19 en el ámbito industrial. Se trata, sin embargo, de una medida muy extrema si tenemos en cuenta el número de contagios. De hecho, hablamos de únicamente 21 casos nuevos de COVID-19 en Shenzhen, la cual tiene 17,5 millones de habitantes. Si lo comparamos esto con Nueva York, se notificaron 5.054 contagios en una ciudad con 8,4 millones de habitantes.
Podemos pensar que son datos falsos y el número de contagios en China es muchísimo mayor, pero hay que tener en cuenta que lleva años con cifras semejantes. Por ello, empleando esta medida del circuito cerrado, el país asiático logra que las fábricas se mantengan abiertas y funcionando, mientras reduce los contagios. Todo esto, a costa de la libertad de sus trabajadores, los cuales tendrán que aguantar una semana sin poder ver a su familia o amigos.