El limitador de velocidad será obligatorio para los coches de la UE en 2024
Una de las principales causas de los accidentes de tráfico es la velocidad, junto a las distracciones al volante y el consumo de alcohol. Por ello, la DGT y la Unión Europea están trabajando para implementar un limitador de velocidad, el cual será obligatorio para todos los coches europeos en 2024.
Ya está confirmado, todos los coches nuevos que se vendan en la Unión Europea incluirán una tecnología conocida como Intelligent Speed Assistant (ISA). Este se trata de un asistente de velocidad inteligente que regulará la velocidad del vehículo para cumplir con los límites impuestos en la carretera. Con él, se evitará que los conductores puedan sobrepasar el límite y simplemente alcanzarán la velocidad máxima permitida en el mejor de los casos.
Antes de julio de 2024, todos los coches que se vendan en la UE tienen que llevar ISA
La medida deja las cosas claras, y afectará a todos los vehículos en la Unión Europea. Obviamente, descartamos todos aquellos de segunda mano y demás, ya que solo lo incluirán los coches comprados como nuevos, por ejemplo, en concesionarios. Si bien ayer mismo entró en vigor la nueva normativa, no será hasta julio de 2024 cuando se imponga.
"La implantación del ISA es un gran paso adelante para la seguridad vial y tiene el potencial de reducir drásticamente las lesiones y las muertes en la carretera. Los fabricantes de automóviles tienen ahora la oportunidad de aprovechar al máximo el potencial del ISA para crear carreteras más seguras para todos", dijo la Comisión Europea en un comunicado de prensa.
Respecto al limitador de velocidad en sí, el limitador de velocidad inteligente ISA no es ninguna novedad, puesto que ya existen vehículos que lo incluyen. Entre ellos, incluimos fabricantes de vehículos de renombre como Mercedes-Benz, Ford, Honda o Jeep; que venden algunos de sus modelos con estos sistemas en el mercado europeo. ¿De qué forma ayudará ISA a reducir los accidentes? Pues por lo pronto, una proyección de PROSPER, financiada por la UE, menciona que si ISA es obligatorio, habrá entre un 26 y un 50% menos de víctimas mortales en la carretera.
¿Como funciona el limitador de velocidad?
El ISA se puede resumir en dos tecnologías unidas en una, ya que, por una parte, es un limitador de velocidad y, por otro lado, es un sistema de reconocimiento de señales. Por una parte, el limitador de velocidad estará enlazado al control de velocidad de crucero de nuestro coche. Esto significa que permitirá fijar una velocidad máxima que no superará el coche. Pero hay que tener en cuenta que podremos romper el límite si aplicamos la suficiente presión sobre el acelerador.
Por otra parte, nos incluye un sistema de reconocimiento de señales, es decir, puede identificar las señales de la carretera mediante unas cámaras frontales. Sin embargo, su función será meramente informativa, ya que no participará por su cuenta sobre la conducción. Eso sí, al unir ambas tecnologías, el limitador de velocidad reconocerá las señales y entonces sí interferirá en la conducción.
¿Qué opciones nos ofrece?
El limitador de velocidad Inteligente, ofrecerá tres niveles a cada cual más severo:
- Durante el primer nivel, nos avisará que estamos superando el límite de velocidad. En este nivel, nos lo indicará de forma visual y sonora, con una alerta auditiva, pero no actuará sobre la conducción.
- Al seleccionar el segundo nivel, tendremos los avisos anteriores y además, la capacidad de intervenir sobre la conducción. Su manera de hacerlo será endureciendo el pedal del acelerador o emitiendo una señal háptica en el mismo al superar el límite de velocidad. Sin embargo, como dijimos anteriormente, si presionaban con suficiente fuerza, podremos ignorar el sistema.
- Por último, en el tercer nivel, el sistema ISA controlará el coche de manera autónoma. Aquí, el vehículo regulará la velocidad de manera dinámica y el conductor únicamente tendrá el control del volante y el freno.
Ahora bien, está lejos de ser perfecto, y es que hicieron unas pruebas con el sistema ISA en una zona rural inglesa, donde fijó el límite de velocidad en 100 km/h.