La UE y Taiwán negocian para construir la fábrica de chips de TSMC

Si ayer mismo hablábamos del acercamiento cada vez más intenso entre EE.UU y la UE donde Intel quería hacer de celestina, hoy nos levantamos con otra noticia la mar de interesante, porque ambos bloques están negociando por separado por tener el beneplácito de Taiwán, el tercer actor en discordia. ¿Por qué tanto interés de ambos por cerrar acuerdos con el país asiático? Pues es realmente interesante, porque la hegemonía de los chips está en juego.

Y es precisamente eso, un juego macabro donde todos quieren ser amigos, pero nadie quiere ceder ni un milímetro, es un juego de geopolítica y no tanto de hardware, chips o de dinero, sino de supremacía y pleitesía, donde todos se empiezan a dar cuenta de que China es el gran rival.

La UE y Taiwán, cerca de llegar a un acuerdo para la fábrica de chips de TSMC

TSMC inauguración Fab 18 5nm

Y es que ya cerrados varios acuerdos con Intel en Alemania, Italia, Francia y España de diversa índole ahora le toca el turno a TSMC. La UE está cortejando a Taiwán con la que se ha pasado de conversaciones a nivel de diputados para pasar a nivel ministerial, donde ambas partes han afirmado públicamente que hay grandes avances en las relaciones.

No está hecho, sin embargo, porque la FAB de TSMC para los chips de vanguardia solo es una parte de lo que se quiere conseguir. El acuerdo iría más allá y ambas partes tendrán que ceder en sus pretensiones, puesto que se quiere llegar a un acuerdo de cooperación en investigación y además mejorar la cadena de suministro de semiconductores.

Por si fuese poco, se discuten mejoras en el sector de los productos agrícolas y en energía eólica marina, así que hay mucho más trasfondo del que se podía pensar en un primer momento. Estas conversaciones tienen un marco muy interesante, puesto que se producen días después de que EE.UU terminase su intercambio de opiniones y proyectos con el ministerio de Taiwán, pero ¿por qué tanta prisa en cerrar acuerdos?

La excusa son los semiconductores y la inversión en FAB, la realidad...

TSMC-FAB

La realidad es que China y Taiwán están a punto de entrar en guerra, donde los primeros intentan intimidar a los segundos y esperan el momento en el que la isla no pueda defenderse ni EE,UU o la UE puedan reaccionar. La vista está puesta en Ucrania, pero ambos bloques se han apresurado a dialogar con Taiwán y cerrar acuerdos que, bajo cuerda, tienen tintes militares y de seguridad.

La cadena de suministro, las FAB y la preferencia de chips para Estados Unidos y Europa por encima de China y Rusia tiene un doble rasero que seguro implica la protección de la OTAN no declarada, sino encubierta, con la excusa de tener intereses mutuos y acuerdos comerciales que en caso de guerra podrían ser interpretados como un ataque hacia la estabilidad tecnológica de occidente.

Por ello, que Europa tenga una FAB de TSMC puntera como ya ha acordado EE.UU por 12 mil millones con su socio asiático es cuestión de tiempo. El problema es que faltan trabajadores cualificados y TSMC tiene que formar desde Taiwán y exportarlos durante al menos 6 meses para que se puedan cuadrar los costes y los tiempos, porque en Europa y EE.UU no hay suficiente personal formado y a bajo coste para no disparar la inversión. Esto está siendo negociado, porque aunque Estados Unidos cerró el acuerdo primero no tuvo en cuenta este detalle y Taiwán está moviendo ficha para que occidente no se quede sin chips, o FAB para crearlos.

Como vemos, el escenario es complejo, pero lo que es seguro es que occidente quiere a Taiwán de su lado y estos últimos no quieren ver a China ni en pintura, mientras que el bloqueo a Rusia es ya total. Geopolítica en estado puro que usa los semiconductores como argumento para atacar y defenderse en vez de misiles y bombas.

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