El SSD del MacBook Pro 13″ con Apple M2 es hasta un 50% más lento vs el M1

Hoy nos topamos con que los nuevos MacBook Pro con el nuevo SoC Apple M2 no son tan buenos como podríamos pensar, al menos en su versión más económica. Y es que si bien a nivel de CPU y GPU se gana potencia, además de aumentarse el ancho de banda de la memoria en casi un 50%, ahora se ha dado a conocer que, de forma incomprensible, las unidades SSD que emplean los nuevos portátiles son más lentas respecto a los SSD que se empleaban en el MacBook Pro de anterior generación propulsado por el SoC Apple M1.

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Según las pruebas de rendimiento realizadas por Created Tech, el SSD de 256 GB incorporado en el MacBook Pro de 13 pulgadas con el SoC Apple M1 alcanza unas velocidades secuenciales de lectura de hasta 2900 MB/s mientras que la escritura alcanza los 2215 MB/s, mientras que el nuevo MacBook Pro de 13 pulgadas con el SoC Apple M2 alcanza unas velocidades de lectura de hasta 1446 MB/s mientras que la escritura alcanza los 1463 MB/s. Esto se traduce en que el SSD usado en el portátil más moderno ha visto reducida la velocidad de lectura en un 50%, mientras que la velocidad de escritura se ha reducido en un 30%, lo que implica una notoria diferencia de rendimiento.

Dependiendo del benchmark, incluso podemos ver al portátil con el Apple M1 alcanzando los 3389/2432 MB/s frente a los 1709/1641 MB/s del portátil con el Apple M2. Esta prueba de rendimiento es en el conocido AmorphousDiskMark (el CrystalDiskMark para macOS), donde la velocidad de lectura también se llega a reducir a la mitad.

SSD 256GB MacBook Pro 13 M1 vs M2

Si quieres un MacBook Pro de 13" (Apple M2) con un SSD más rápido, págalo

El motivo de ello es más que evidente, y es que se ha usado un SSD más económico. Según se indica, el SSD del nuevo portátil emplea un SSD con un único chip de memoria de 256 GB de capacidad, mientras que el anterior portátil usa un SSD con doble chip de memoria de 128 GB.

Esto no se trata de un problema aislado, ya que se indica que la versión con 512 GB de capacidad ofrece las mismas velocidades que su predecesor, así que se trata de un recorte en prestaciones, por lo que si quieres un SSD más rápido, tendrás que pagar la actualización, la cual no es económica, ya que pasar de los 256 a 512 GB implica un sobrecoste de 230 euros.

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