Las operadoras piden que Netflix, YouTube o Twitch paguen por el uso de su red

Las operadoras más grandes de Europa, entre las que se han sumado Telefónica Movistar, Orange y Vodafone, han firmado conjuntamente un manifiesto en el que exigen que se obligue a los proveedores de contenidos a soportar el coste de desplegar redes de telecomunicaciones que utilizan intensivamente.

Si bien los jefes de las 12 compañías telefónicas no apuntaron con el dedo a los "culpables

" de saturar su red, es evidente que están hablando de plataformas que tienen un gran impacto en la red, como pueden ser Netflix, YouTube, la popular plataforma de streaming Twitch o Prime Video, entre otros.

Veremos en lo que queda este estúpido reclamo, que es lo que es.

Nosotros, los consejeros delegados de las principales empresas de telecomunicaciones de Europa, pedimos a los responsables políticos de la UE que alineen estrechamente las ambiciones digitales de Europa con un ecosistema político y normativo de apoyo.

Nuestro sector está invirtiendo mucho para llevar las nuevas redes digitales a todos los europeos: la inversión total en telecomunicaciones ha alcanzado ya los 52.500 millones de euros por año en Europa, la más alta de los últimos seis años. Estamos innovando sobre nuestras redes 5G, de fibra y de cable, con iniciativas de colaboración sobre Open-RAN, nube de borde y servicios habilitados para datos. Estamos adoptando medidas decisivas en relación con el cambio climático, anticipando nuestros propios objetivos de neutralidad climática, pero también facilitando una amplia adopción de las TIC: esto puede permitir una reducción de hasta el 15% de las emisiones de CO2 en toda la economía.

Los líderes políticos europeos también han intensificado sus esfuerzos por el liderazgo digital. Tras haber aprobado la asignación del 20% a la transición digital en el Plan de Recuperación para Europa y haberla respaldado con los ambiciosos objetivos de la Década Digital de la UE , Europa se encuentra en un punto de inflexión.

Ahora necesitamos medidas concretas e inmediatas para aprovechar la oportunidad e impulsar la innovación tecnológica y la inclusión. El papel global de Europa no puede limitarse a comprar y regular la tecnología construida por otros: debemos crear las condiciones para que la infraestructura y los servicios digitales de producción propia prosperen y establezcan normas globales a las que otros puedan aspirar.

• Para lograr estas ambiciones compartidas, pedimos que se actúe en tres ámbitos:

Una clara alineación entre las ambiciones de liderazgo digital europeo y la política de competencia. Las señales positivas sobre la colaboración del sector -que van desde el uso compartido de la red hasta los proyectos IPCEI y otras formas de cooperación- son pasos importantes y deben reforzarse. La creación de escala en el sector de las telecomunicaciones sigue siendo una prioridad, tanto dentro de los mercados como entre ellos: esto redunda en el interés estratégico de la UE y de sus ciudadanos.

Una fuerte implicación política para garantizar que la acción reguladora fomente la inversión en redes gigabit, que requerirá una inversión adicional de 300.000 millones de euros. La regulación debe reflejar plenamente las realidades del mercado, ahora y en el futuro. Es decir, que los operadores de telecomunicaciones compitan cara a cara con los servicios de las grandes tecnologías, en el contexto de unos mercados vibrantes. Hay que poner fin a los elevados precios del espectro y a las subastas que obligan artificialmente a entrar en el mercado a operadores insostenibles. Las recientes ideas de modificar una propuesta de la Comisión Europea ampliando la regulación de los precios al por menor a las llamadas internacionales -un mercado competitivo en el que existen muchas alternativas gratuitas- están en contradicción con los objetivos de la Década Digital: calculamos que eliminarían a la fuerza más de 2.000 millones de euros de ingresos del sector en un periodo de 4 años, lo que equivale al 2,5% de la capacidad de inversión anual del sector en infraestructuras móviles. Además, la labor política que se está llevando a cabo para reducir el coste del despliegue es fundamental y debería avanzar rápidamente.

Un esfuerzo renovado para reequilibrar la relación entre los gigantes tecnológicos mundiales y el ecosistema digital europeo. Las medidas horizontales, como la Ley de Mercados Digitales, desempeñan un papel crucial y, por ello, las apoyamos firmemente. Además, también debemos considerar importantes cuestiones sectoriales. Una parte importante y creciente del tráfico de la red es generada y monetizada por las grandes plataformas tecnológicas, pero requiere una inversión y una planificación continuas e intensivas de la red por parte del sector de las telecomunicaciones. Este modelo -que permite a los ciudadanos de la UE disfrutar de los frutos de la transformación digital- solo puede ser sostenible si esas plataformas de grandes tecnologías también contribuyen de forma equitativa a los costes de la red. Además, debemos garantizar que las nuevas estrategias industriales permitan a los agentes europeos -incluidas las telecos- competir con éxito en los espacios de datos globales, de modo que podamos desarrollar una economía de datos europea que se base en verdaderos valores europeos.

Europa necesita un sector y unos ecosistemas de telecomunicaciones fuertes. Estamos dispuestos a ayudar a las instituciones a seguir configurando un entorno político que acelere la digitalización en beneficio de todos los ciudadanos y empresas europeas.