EE.UU. quiere traer la fabricación de chips a casa en un momento en el que China ya es 2ª
El pasado fin de semana, Bloomberg indicaba que «Intel es un claro reflejo del declive tecnológico de los Estados Unidos», y si bien Estados Unidos sigue manteniéndose al día en términos de tecnología a nivel de diseño de chips y conocimientos técnicos, en lo que respecta a la fabricación de silicios está en el tercer puesto muy cerquita de Japón y viendo como China no solo tiene el segundo puesto, sino que su curvatura de fabricación de silicios muestra un enorme crecimiento.
Si bien Estados Unidos sólo representa el 12 por ciento de la producción mundial de semiconductores, Asia prácticamente se lleva el resto, donde Taiwán domina con un crecimiento sostenido pero China ha invertido una gran cantidad de dinero para únicamente depender de las fundiciones locales. Es por ello que desde el año 2017 presenta una pronunciada curvatura de crecimiento. Esto pone un poco de presión en la dependencia de los EE.UU. de las compañías asiáticas; y el país está buscando llenar ese vacío en sus intereses nacionales invirtiendo fuertemente en la fabricación de silicios para evitar problemas debido a los numerosos enfrentamientos que está teniendo con China.
Para solucionarlo, el Senado y la Cámara de Representantes de EE.UU. ha comenzado recientemente a converger en torno a un proyecto de ley que invertiría el dinero de los contribuyentes en la producción nacional de chips, estableciendo un marco de 25.000 millones de dólares de incentivos directos para estimular la inversión en la capacidad de fabricación, junto con la investigación avanzada.
Este plan ha sido apoyado con entusiasmo por el republicano de Texas, John Cornyn, y el demócrata de Nueva York, Chuck Schumer, representantes de dos de los estados de EE.UU. con las tasas más altas de fabricación de silicios. Sin embargo, se espera que se requieran incentivos que cubran entre el 20% y el 30% del costo total de cualquier inversión en desarrollo y fabricación para hacer que los EE.UU. sea una consideración que valga la pena frente a otros países más establecidos con mayores incentivos, logística e infraestructura de apoyo existentes y claro, mano de obra más barata.
vía: Financial Times / TechPowerUp