Inversores demandan a Nvidia por inflar los ingresos de la división gaming en 1.000M de dólares

Los inversores de Nvidia presentaron en el año 2017 una demanda contra la compañía alegando que Nvidia detalló erróneamente sus indicadores de ingresos entre departamentos. Si bien esta denuncia se realizó en 2017, no ha sido hasta esta semana que la queja formal ha sido presentada en el estado de California.

Esta demanda recoge que Nvidia infló deliberadamente los ingresos de la división gaming de la compañía en un valor de 1.000 millones de dólares. ¿De dónde salieron estos 1.000 millones? fácil, de la burbuja de la criptominería. Y claro, fue tal la burbuja que todos los mineros compraban gráficas gaming para minar Bitcoins (y luego Ethereum), lo que provocó una escasez masiva de tarjetas gráficas junto a una subida de precios de todos los productos, por lo que finalmente un producto gaming no estaba siendo consumido por los propios jugadores, sino por un hambriento mercado de minería que se llevaban todo lo que encontraban, ya fuera de de AMD o Nvidia.

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El problema está en que todas estas ventas se reportaron en la división gaming, en vez de indicar que se trataba de un beneficio directo de las criptomonedas, aunque claro, si pensamos que son tarjetas gráficas para gamers, también hay algo de lógica que la venta de una GPU gaming, independientemente del uso que se le de, se refleje los ingresos en la división gaming, pero la compañía no fue trasparecen en ofrecer al menos una mención.

Es debido a ello que los inversores se sintieron engañados ya que Nvidia mostraba su negocio como muy fuerte hasta al punto de resistir a la fiebre minera, cuando en realidad todos sabían que esas ventas estaban relacionadas con la criptominería.

"Los datos de ventas demostraron que, a lo largo de 2017, entre el 60% y el 70% de los ingresos de Nvidia por GeForce en China procedieron de las ventas a los criptomineros, y no a los gamers", dice la denuncia. Estas cifras son similares en otros lugares del mundo, aunque probablemente variaron un poco en función de la popularidad de la minería y los precios de la electricidad, aunque fue la tónica general incluso en España, llegando a existir detenciones por el robo de electricidad para ahorrar los costes de minado.

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"A principios de 2017, Nvidia se enfrentó a un problema inusual: su producto estrella estaba volando de las estanterías. En circunstancias normales, esta tendencia sería aplaudida", recoge la denuncia.

"Pero el enorme crecimiento de las ventas no se debía a un aumento de la demanda de los jugadores (el consumidor tradicional de Nvidia), sino a bandas de mineros en línea que compraban las gráficas por miles y las desplegaban en centros de datos masivos para resolver complejos problemas matemáticos en busca de monedas digitales".

"El lanzamiento de modelos pensados para el criptominado y la presentación de sus ventas permitió a los demandados reclamar que todos los ingresos relacionados con la minería se acordonaran con los fabricantes, creando la impresión de que el negocio gaming era la joya de la corona de Nvidia y que estaba aislado de la volatilidad relacionada con la criptografía (y la caída de la demanda que seguiría a la inevitable quiebra de los mercados de criptografía)", dice la demanda.

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Una vez explotó la burbuja de criptomonedas, el mercado se llenó de gráficas de segundamano que fueron empleadas para minar, con los propios vendedores peleándose por ofrecer el mejor precio para recuperar gran parte de la inversión realizada en tiempo récord, lo que conllevó que las tiendas no fueran capaces de vender prácticamente ninguna GPU durante muchísimo tiempo, lo que hizo que las acciones de Nvidia se terminaran devaluando en un 50 por ciento. Hasta el momento de la redacción, Nvidia no se ha pronunciado.

vía: The Registrer

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