Las enormes reservas de litio de Bolivia se pondrían a disposición de las empresas occidentales
A principios de semana, Evo Morales fue forzado a dimitir como Presidente de Bolivia y ahora está exiliado en México tras un golpe de estado respaldado por los militares. Una historia muy compleja y de una temática que no encaja en nuestro portal, pero su marcha deja las puertas abiertas a su recurso natural más preciado, los depósitos de lítio, esenciales para la creación de baterías.
Evo Morales, el indígena que sucumbió al poder, prometió desde que juró el cargo en el año 2006, sacar de la pobreza a su país, el cual se trata del segundo país más pobre de Sudamérica, solo después de Paraguay. Para ello, las reservas de lítio era el Santo Grial, y es que se estima que en Bolivia está entre el 50 y 70 por ciento de todo el suministro mundial de este metal blando en su estado natural, el cual tiene un gran valor no solo para la industria de la telefonía inteligente, sino para el auge de los vehículos eléctricos.
Si bien Morales indicaba que comercial con el litio haría rico al país y sacaría a Bolivia de la pobreza, todo esto era un mero espejismo, ya que el presidente no solo quería un trozo del pastel, sino forzar a que las propias empresas locales minaran, vendieran y distribuyeran el litio, mientras que las grandes corporaciones quería entrar al país, extraer y procesar el mineral dándole al gobierno de Bolivia una parte de los beneficios.
Según Bloomberg, en 2018, su planta piloto en Uyuni producía cerca de 250 toneladas de carbonato de litio al año, y tenía planes de aumentar la producción a 150.000 toneladas al año para 2022, lo que representaría el 20% de la producción mundial. Una tonelada de carbonato de litio cuesta alrededor de 15.500 euros (precio promedio 2018), por que estamos ante grandes cantidades de dinero si una empresa extranjera hubiera llegado y mejorado la producción.
Fuera de los mundos de yupi, el problema era que las empresas nacionales carecían del capital y de la tecnología para extraer el litio, por lo que Morales se dirigió a los inversionistas chinos, lo que enfadó a Occidente. Tras esto se descubrió que Bolivia realmente no estaba buscando una gran empresa que extrajera grandes cantidades de litio, sino que buscaba un inversionista para que le ayudara a crear su propia corporación para la producción y exportación de litio.
Tras la marcha de Evo Morales, ahora todos tienen los ojos puestos sobre las salinas de litio del país, para ver si finalmente un nuevo Gobierno permite crear un enorme mercado ligado al litio que favorezca al país y a sus habitantes, o si llegará una nueva persona que repita la misma historia y mantenga la pobreza.
vía: Wccftech