El vehículo de Uber que atropelló a una mujer no sabía que los peatones cruzan la calle imprudentemente

Hace un año, un coche autónomo de Uber atropelló mortalmente a una mujer en el estado de Arizona, mientras esta cruzaba la carretera con su bicicleta de noche sin asegurarse de si algún vehículo circulaba próximo a ella. Ahora, año y medios después, llega un informe de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de EE.UU. Este informe, en forma de 40 documentos que abarcan cientos de páginas, detalla lo ocurrido en el accidente.

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Uber suspendió su programa de prueba de vehículos autónomos durante meses después del fatal accidente y limitó sus vehículos a 40 kph cuando regresaron a las calles en diciembre de 2018. FOTOGRAFÍA: AARON JOSEFCZYK / REUTERS

Los nuevos documentos indican que el sistema desarrollado por Uber no estaba equipado para identificar o para prevenir a peatones que caminan fuera de un cruce peatonal. Los ingenieros de Uber parecen haberse preocupado demasiado por las falsas alarmas, por lo que incorporaron un retardo automático de un segundo entre la detección de un choque y la acción.

La compañía también decidió desactivar el sistema de frenado de Volvo, que podría haber reducido drásticamente la velocidad a la que el automóvil golpeó a Herzberg o evitar completamente el golpe.

"El vehículo necesita un solo sistema maestro", afirma Raj Rajkumar, un ingeniero eléctrico que estudia sistemas autónomos en la Universidad Carnegie Mellon. "Tener dos sistemas maestros podría terminar activando comandos en conflicto. Pero eso funciona mucho mejor cuando el sistema maestro funciona correctamente."

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A 1,2 segundos antes del impacto, el automóvil de Uber decidió que era necesario accionar el frenado de emergencia, pero la “supresión de acción” lo detuvo. Las bandas amarillas muestran la distancia en metros, y la púrpura indica el camino del automóvil.

A pesar de que el automóvil detectó a Herzberg con tiempo más que suficiente para detenerse, la golpeó y la arrojó a 22 metros cuando el vehículo iba a una velocidad de 112 km/h. Cuando el automóvil detectó por primera vez su presencia, 5.6 segundos antes del impacto, la clasificó como un vehículo. Luego cambió de parecer a "otro", luego a vehículo nuevamente, de nuevo a "otro", luego a bicicleta, luego a "otro" nuevamente y finalmente a bicicleta.

"El diseño del sistema no incluyó una consideración para los peatones que cruzan la calle imprudentemente", se lee en el Informe de Automatización de Vehículos de la NTSB. Cada vez que intentaba realizar una nueva suposición, reiniciaba el proceso de predicción. No fue hasta 1.2 segundos antes del impacto que el sistema reconoció que el SUV iba a golpear a Herzberg, que no podía girar a su alrededor y que necesitaba frenar de golpe.

Eso desencadenó lo que Uber llama “supresión de acción”, en el cual el sistema detiene la frenada durante un segundo mientras determina la naturaleza del peligro detectado. Un segundo en el que el conductor humano quizás podría haber tomado el control del vehículo y evitar el golpe. Pero la conductora estaba distraída mirando el móvil. Entonces, a 0,2 segundos del impacto, el vehículo hizo sonar una alarma de audio, momento en el que la conductora tomo el volante desactivando el sistema autónomo, lo que acabó en el atropello del peatón y en su posterior muerte.

En un comunicado, un portavoz de Uber proclamó que la compañía "lamenta el accidente del 2018" y enfatizó que su Grupo de Tecnologías Avanzadas ha realizado cambios en su programa de seguridad. Ahora muchos se preguntan si realmente con ese segundo de margen un conductor humano realmente hubiera podido evitar el trágico accidente, aunque hay que recalcar que el accidente fue causo por la propia bicicleta.

vía: wired

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