Katie Bouman: la ingeniera de 29 años que fue una pieza clave para fotografiar un agujero negro por primera vez
Como seguramente sabréis, el pasado miércoles se anunció uno de los hitos científicos más importantes de los últimos años, puesto que, por primera vez, un equipo de investigadores y astrónomos han conseguido fotografiar un agujero negro, captando una imagen de lo que se creía invisible. Este agujero negro, que se encuentra en la galaxia Messier 87, a unos 50 millones de años luz, se ha convertido en uno de los protagonistas de la semana, pero detrás de esta imagen existe un numeroso equipo de científicos, entre los que destaca Katie Bouman.
Y es que a las pocas horas del anuncio de la fotografía, comenzó a surgir el nombre de una joven de 29 años que no se encontraba ni en la rueda de prensa en la que se presentó la imagen de Messier 87*, ni tampoco aparecía entre los líderes del proyecto listados en la web oficial del Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés de Event Horizon Telescope). Sin embargo, Katie Bouman fue una pieza clave a la hora de capturar este agujero negro en imagen, pues diseñó y desarrolló uno de los algoritmos necesarios para formar la primera imagen de un agujero negro.
Katie Bouman es, a día de hoy, una profesora asistente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), pero su camino de la mano de los agujeros negros empezó hace ya unos seis años. Tras graduarse en ingeniería electrónica por la Universidad de Michigan, Bouman centró su interés en el uso de métodos computacionales para generar imágenes a partir de datos obtenidos por radiotelescopios. Con este tema como foco central, la investigadora desarrolló su tesis doctoral en el MIT, mientras trabajaba en el proyecto del EHT creando un algoritmo que, a grandes rasgos, consiguiera generar la imagen de un agujero negro.
Tras darse a conocer, Katie Bouman ha tenido que enfrentarse estos días a una desagradable campaña de desprestigio, iniciada por algunos usuarios que indicaban que la científica no se merecía el mérito, u otros usuarios que directamente señalaron a Andrew Chael, uno de los colegas de Bouman, como el creador íntegro del algoritmo. Fue el propio Chael quien tuvo que salir a escena para indicar que él no fue quien creó el algoritmo en su totalidad. Con todos los datos recopilados por los radiotelescopios, que se almacenaron en casi media tonelada de discos duros, los algoritmos crearon más de 70.000 imágenes diferentes, que más tarde fueron procesadas para verificar cuál era la representación más fiel de un agujero negro.