La central nuclear Fukushima usa un muro de hielo como defensa
En una semana se cumplirán 8 años desde la catástrofe que azotó a Japón, un terremoto de magnitud 9 golpeaba la costa noroeste del país provocando un tsunami con olas de más de 40 metros de altura, que fue el desencadenante de un accidente nuclear en la central nuclear Fukushima I o Fukushima Dai-ichi.
El desastre nuclear es recordado como uno de los peores siniestros nucleares desde Chernobyl, y a día de hoy se continúan realizando labores para corregir el daño provocado por el maremoto en los seis reactores que contaba la central nuclear y así garantizar que el material nuclear que todavía se encuentra en su interior esté asegurado.
Como medida de seguridad, los trabajadores japoneses han instalado una serie de tuberías debajo de la central para congelar el suelo, técnica utilizada para construir pozos en las minas, túneles submarinos o redirigir materiales contaminados desde 1862. El refrigerante reduce la temperatura de la tubería a unos -30 grados Celsius, provocando que el agua de su alrededor se congele.
Con esto se pretende que si parte de la radiación comienza a filtrarse a través del suelo, el muro de hielo creado por estas tuberías evitaría la contaminación del agua, ya que los reactores se asientan sobre una acumulación de agua subterránea que se encuentra a una pequeña profundidad, conocida como capa freática.
Pese al esfuerzo realizado por los trabajadores, aún queda mucho por hacer para que esta medida de seguridad se complete. A día de hoy, de los seis reactores que cuenta la central nuclear Fukushima I, tan solo dos de ellos están asegurados, quedando dos en estado grave, uno moderado y el último en estado desconocido.
Por el momento, muchas de las 160.000 personas que abandonaron la zona del accidente en 2011 no han podido regresar a sus hogares, y probablemente no puedan volver hasta dentro de muchos años, cuando la contaminación baje hasta niveles seguros.
vía: Eteknix