Así luce la AMD Radeon VII en vivo y en directo
Tras el lanzamiento en sociedad de la AMD Radeon VII, toca conocerla un poco más afondo y ver su diseño, donde rápidamente llama la atención el sistema de refrigeración de triple de ventilador, el cual irradia la sensación de que la gráfica no será muy fresca pese a emplear un proceso de fabricación de 7nm, y es que la arquitectura VEGA y la inclusión de dos conectores PCI-Express de 8+8 pines no ayudan, y más cuando conocemos que su TDP sería finalmente de 300W, es decir 5W más que la Radeon RX Vega 64.
La AMD Radeon VII emplea 3840 Stream Processors junto a 128 ROPs alcanzando una frecuencia Turbo de 1.80 GHz (vs 4096 SP y 64 ROPs @ 1.54 GHz de la Vega 64). La memoria HBM2 también recibe un gran empuje al pasar de los 1.89 a 2.00 GHz viendo como el ancho de banda se duplica hasta los 4096 bits dando un ancho de banda de 1 TB/s para sus 16 GB de memoria.
En términos de rendimiento, la mejora no es tan grande como la deseada: 13.8 TFLOPs frente a los 12.7 TFLOPs de la Radeon RX Vega 64, por lo que los 7nm ayudan a aumentar el rendimiento un 25 por ciento consumiendo la misma energía, lo que deja patente que AMD necesita urgentemente una nueva arquitectura, pues los 7nm lo único que aporta es que AMD haya podido subir de vueltas el silicio.
Según AMD, tras analizar un total de 24 juegos (Assassin's Creed Odyssey, Battlefield 1, Battlefield V, Destiny 2, Doom, F1 2018, Fallout 76, Far Cry 5, Forza Horizon 4, Grand Theft Auto V, Strange Brigade, The Witcher 3 y Monster Hunter), la AMD Radeon VII es un 29 por ciento más rápida que la Radeon RX Vega 64.
El punto negativo ya lo sabemos, la nueva GPU tope de gama de AMD llegará el próximo 7 de febrero a un precio oficial de 699 dólares que podría traducirse en 740 euros, y llega acompañada por tres juegos: Devil May Cry 5, Resident Evil 2 y The Division 2. El problema está en que por dicho precio podemos encontrar una GeForce RTX 2080 Custom con un TDP de 215W y acompañada de dos juegos: el Battlefield V y el Anthem.
Aquí diríamos que el paso del tiempo favorece a AMD, pero la arquitectura y los drivers están tan exprimidos que el margen de mejora no será tan grande como el que pueda presentar la GeForce RTX 2080 con una nueva arquitectura aún por explotar.
Tocará esperar a los benchmarks independientes para tener una visión más completa, pero bajo el papel, teniendo en cuenta el consumo, rendimiento y el precio, no es una gráfica que vaya a ser un éxito en ventas, incluso aunque fuera algo mejor que la GeForce RTX 2080 al mismo precio, al final la gente compraría una GPU de Nvidia por el simple hecho de ser Nvidia, y es que la marca AMD, en el segmento gráfico, sigue sin inspirar confianza más allá de la gama baja/media.
imágenes: TechPowerUp